El acecho, preámbulo del feminicidio

En un avance significativo para la protección de las mujeres en Coahuila, la tipificación del acecho como delito autónomo ha permitido que más víctimas se acerquen a la justicia.

Por: Hilda Sevilla

SALTILLO, COAH.- En un avance significativo para la protección de las mujeres en Coahuila, la tipificación del acecho como delito autónomo ha permitido que más víctimas se acerquen a la justicia.

La Magistrada del Poder Judicial en Coahuila, María Luisa Valencia, explicó recientemente que esta nueva clasificación ha dado lugar a un aumento en las denuncias por parte de las mujeres que se sienten acechadas por sus agresores, marcando un paso importante en la lucha contra la violencia de género en el estado.

Uno de los elementos clave de esta reforma es la diferenciación clara entre el acecho y el acoso, un concepto que muchas veces se confundía con el primero, pero que en realidad tiene una naturaleza distinta.

El acecho, como lo describe la magistrada Valencia, no tiene una connotación sexual, a diferencia del acoso, que se basa en un fin lascivo, como la satisfacción sexual. El acecho, en cambio, se caracteriza por una violencia psicológica en la que el agresor somete a la víctima al sentimiento de estar constantemente vigilada, lo que puede generar un profundo malestar y temor.

"El acecho no tiene una connotación sexual, es sobre todo un sometimiento psicológico, el hacerle sentir a la víctima que está siendo observada constantemente, que no tiene espacio para su libertad", afirma Valencia.

El acecho puede manifestarse de diversas formas: desde comentarios aparentemente inocentes, como un piropo, hasta regalos no solicitados, que aunque parezcan actos de cortesía, generan en la víctima la sensación de estar siendo vigilada.

Desde que se tipificó el acecho como delito autónomo en noviembre de 2023, el Poder Judicial ha registrado importantes avances en su implementación. A la fecha, se han judicializado 12 carpetas de investigación por este delito en diferentes municipios de Coahuila; entre los casos destacan Saltillo con seis carpetas, Sabinas con dos, y otros municipios como Monclova, Torreón, Acuña y San Pedro con uno en cada uno.

Uno de los casos más relevantes es el de Saltillo, donde se logró una sentencia condenatoria por acecho, con una pena de cuatro años de prisión y una reparación del daño de 80 mil pesos. Esta sentencia marca un precedente importante, ya que demuestra que el sistema judicial de Coahuila está comenzando a tomar en serio estos casos y a actuar de acuerdo con la nueva tipificación del delito, afirmó la Magistrada.

El delito de acecho en Coahuila se castiga con una pena que va de seis meses a dos años de prisión, mientras que si se agrava, la pena puede extenderse hasta tres años; al respecto, Valencia destacó que Coahuila es uno de los pocos estados que ha logrado tipificar el acecho como un delito autónomo, con agravantes bien definidas.

Algunas de estas agravantes incluyen el hecho de que la víctima esté embarazada, que el acecho se realice a través de medios tecnológicos, o que el agresor sea un menor de edad. Además, si el agresor ha quebrantado alguna medida de protección impuesta previamente a la víctima, como una orden de restricción, el delito también se considera más grave.

Uno de los mayores avances es la posibilidad de que las mujeres que se sienten acechadas por sus ex parejas o compañeros de trabajo puedan ahora acudir a las autoridades para presentar una denuncia.

Antes de la tipificación del acecho, muchas de estas situaciones quedaban impunes, ya que las mujeres no recibían una respuesta adecuada en el Ministerio Público, debido a que los actos de acecho no se consideraban lo suficientemente graves para proceder; sin embargo, ahora, con la nueva clasificación, las víctimas tienen la opción de recibir medidas de protección inmediatas, como órdenes de restricción o incluso prisión preventiva, si se considera que existe un peligro inminente para su seguridad.

Un factor crucial en la implementación de esta nueva legislación es la creación de una cultura de la denuncia. La magistrada Valencia subrayó la importancia de que las mujeres sepan que ahora tienen una vía legal para defenderse, y que deben sentir la libertad de denunciar cualquier tipo de violencia, ya sea acecho, acoso o cualquier otra manifestación de violencia de género.

"La cultura de la denuncia es esencial. A menudo, la violencia avanza porque las víctimas no denuncian. Es importante que las mujeres, niñas y adolescentes que experimentan cualquier tipo de violencia se acerquen al sistema de justicia, que está preparado para respaldarlas", señaló la magistrada.

En este contexto, las víctimas pueden presentar su denuncia ante el Ministerio Público o en el Centro de Empoderamiento y Justicia para las Mujeres, donde reciben apoyo tanto legal como psicológico.

Además, los casos de acecho pueden ser documentados con pruebas como capturas de pantalla de mensajes en redes sociales, testigos que hayan observado el comportamiento de los agresores o cualquier otra evidencia que demuestre el comportamiento repetido e intimidatorio del agresor.

Uno de los hallazgos más alarmantes que surgió durante las investigaciones del Poder Judicial es la relación directa entre el acecho y los feminicidios.

De acuerdo con los estudios realizados, en un alto porcentaje de los feminicidios cometidos, el acecho fue un delito preámbulo. En más del 93% de los casos, las víctimas de feminicidio habían sufrido acoso y acecho previo, lo que subraya la gravedad del problema y la necesidad de actuar con rapidez ante las primeras señales de este tipo de violencia.

La magistrada Valencia comentó que, anteriormente, las víctimas de acecho acudían al Ministerio Público, pero muchas veces no recibían la atención adecuada, ya que el acecho no era considerado un delito con consecuencias legales inmediatas. Sin embargo, con la tipificación del acecho como un delito autónomo, el panorama ha cambiado. Ahora, las mujeres tienen el derecho de denunciar y obtener una respuesta inmediata, que puede incluir medidas de protección y, en casos más graves, la detención del agresor.

Un aspecto relevante del nuevo marco legal es su aplicación también a los menores de edad que cometen este delito. En Coahuila, los jóvenes que son acusados de acecho, especialmente aquellos menores de 18 años, son procesados bajo el Sistema de Justicia Penal para Adolescentes. Este sistema tiene un enfoque socioeducativo, buscando no solo sancionar al infractor, sino también ofrecerle oportunidades de rehabilitación.

Valencia destacó que, aunque el sistema penal para adolescentes tiene un enfoque más restaurativo que punitivo, la pena máxima que se puede imponer a un menor de edad es de cinco años. Sin embargo, el objetivo principal es lograr la reintegración del joven en la sociedad a través de programas de tratamiento, tanto para él como para su familia.

Finalmente, la Magistrada señaló que la tipificación del acecho como delito autónomo en Coahuila representa un paso fundamental en la protección de las mujeres y el fortalecimiento de la cultura de la denuncia en el estado.

Con la implementación de esta reforma, más víctimas podrán recibir el apoyo necesario para denunciar este tipo de violencia, y los agresores enfrentarán las consecuencias de sus actos, lo que contribuye a una sociedad más segura y justa para las mujeres.

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