Milagros Yerena originaria de Venezuela entró en crisis emocional al creer que se trataba de personal del Instituto Nacional de Migración.
Por: Mónica Meza
FRONTERA COAH.- Un grupo de migrantes llegó a Frontera y tuvieron que caminar una larga distancia hasta que fueron encontrados por personal de Protección Civil que pretendía ayudarlos sin embargo Milagros Yerena originaria de Venezuela entró en crisis emocional al creer que se trataba de personal del Instituto Nacional de Migración y narró todo lo que les ha tocado vivir en esta travesía.
Ella sus cinco hijos y cinco nietos salieron de Venezuela hace un mes y medio, han pasado por mucho y están muy cansados, no solo físicamente sino emocionalmente, al llegar a Frontera entró en una crisis emocional cuando vio a la gente de Protección Civil que sólo querían brindarle apoyo
Sentada en la banqueta, con rosto de angustia y al mismo tiempo cansada, fastidiada de todo lo que ha tenido que pasar, ella narró llorando lo que han vivido.
"Ando con mis hijas y mis nietos y todo el mundo se nos echa encima, todo el mundo nos persigue, nos acosan, nos miran como si fuéramos malos, nosotros somos honestos, toda la vida hemos trabajado, hemos tratado bien, nos tratan como si fuéramos animales, ladrones, nosotros no somos ladrones, vamos a terminales y no nos quieren vender boletos para seguir el viaje, la policía nos persigue, los de Migración nos maltratan, estoy cansada", comentó.
Mientras su hija le decía que ya se aclamara, ella pedía que la dejara hablar pues ella y sus nietos han tenido que dormir en la calle por no poder alquilar una habitación.
Comentó que les han robado, secuestrado, legaron en los vagones del tren pero bajaron porque estaba migración.
"No queremos molestar a nadie solo seguir nuestro camino pero cómo hacemos, sí buscamos otras vías cómo uno viaja”, comentó la mujer que en su país se dedicaba a trabajar en una fábrica de costura, en Estados Unidos tiene una hermana que la espera.
Viajaban 8 niños, 5 niños eran sus nietos y 3 niños más de otra mujer Venezolana que se encontraron en el camino.
El personal de Protección Civil quería llevarlos al refugio del migrante para que se bañaran, tuvieran topa limpia y se bañaran, se ofrecieron bañarlos en las unidades para que descansarán y siguieran su camino con él.
Ángelo Grimaldo; director de Protección Civil, les pedía que confiaran en ellos antes de que llegara la gente de Migración pues no los podían obligar a ser trasladados a comer, bañarse y descansar a 240 kilómetros de la frontera, finalmente accedieron pero temerosos por creer que se trataba de gente del Instituto Nacional de Migración.