Llegan reliquias de San Judas Tadeo

Miles de fieles se congregaron en la Catedral de Saltillo para venerar una reliquia de primer grado del apóstol

Por: marco juarez

SALTILLO, COAHUILA.- Con profundo fervor religioso, la Diócesis de Saltillo recibió este fin de semana una reliquia de primer grado de San Judas Tadeo, uno de los doce apóstoles de Jesús y patrono de las causas difíciles. 

La reliquia fue acogida en la Catedral de Saltillo por más de mil fieles que, entre rezos, cantos y oraciones, manifestaron su devoción y esperanza.

Monseñor Hilario González García, obispo de Saltillo, presidió la celebración eucarística y subrayó la trascendencia espiritual del acontecimiento.

"Es un momento importante de fe, más si se trata de uno de los más cercanos a Jesús", señaló. En su homilía, destacó tres dimensiones clave de la visita: la fe, la esperanza y la amistad con Cristo.

Respecto a la fe, Monseñor invitó a los asistentes a reflexionar sobre su compromiso cristiano y a actuar con valor para evangelizar. "Ojalá que todos los católicos crezcamos en nuestra fe, con valor para ser testigos del Evangelio", afirmó.

La jornada fue también una oportunidad para que muchos llevaran sus intenciones personales por la salud, el trabajo o la familia, depositando su confianza en el poder de intercesión del santo. "San Judas nos recuerda que para Dios no hay imposibles", reiteró el obispo.

Finalmente, Monseñor Hilario exhortó a los fieles a profundizar en su relación personal con Cristo, inspirados por el ejemplo de San Judas y los demás apóstoles. "La presencia de esta reliquia nos llama a ser mejores amigos de Jesús", dijo, esperando que este encuentro impulse una mayor entrega espiritual.

Durante el día, se celebraron hasta 10 misas, con una asistencia estimada de entre 500 y 1,000 personas por ceremonia. A pesar de la multitud, el ambiente se mantuvo en orden y lleno de piedad.

El obispo también advirtió sobre personas no autorizadas que solicitan donativos fuera del templo.

La visita de la reliquia de San Judas Tadeo dejó en Saltillo un fuerte eco de renovación espiritual, alimentando la fe de una comunidad que, entre gratitud y plegarias, se sigue sintiendo cercana al apóstol fiel.

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