Tras un accidente en Saltillo, Mario Torres, de 24 años, donó sus órganos y salvó vidas.
Por: Azucena Tenorio
SAN BUENAVENTURA, COAHUILA.-Acompañado por globos blancos, fotografías y canciones que solía disfrutar, fue despedido este viernes Mario Daniel Torres Hernández, el joven de 24 años originario de San Buenaventura que, tras sufrir un accidente vial en Saltillo, dio una última muestra de generosidad: donar sus órganos para salvar la vida de otras personas.
Mario deja a su pequeño hijo Eitan, de apenas dos años, quien permanecerá al cuidado de su madre, pareja de Mario con quien vivía en unión libre. Durante el sepelio, su familia soltó globos blancos al cielo, colocó lonas con imágenes de su rostro y entonaron canciones que solía escuchar. El ambiente, pese a la tristeza, estuvo cargado de amor y gratitud.
La historia de Mario no solo es un testimonio de pérdida, sino también de esperanza: la vida de cinco personas continuará gracias a su última decisión. "Mario siempre fue vida —repetía su primo Miguel—. Incluso al final, lo sigue siendo