Historia de Oziel Flores Puente.
Por: Mónica Meza
FRONTERA COAH-. El 22 de agosto, Día del Bombero, es una fecha para reconocer el valor y la dedicación de aquellos que arriesgan sus vidas para proteger las de los demás. Este año, la historia de Oziel Flores Puente, un bombero con 35 años de experiencia en Frontera, Coahuila, permite adentrarnos en el corazón de esta noble profesión.
De Servicio Social a Vocación de Vida.
Oziel comenzó su carrera en 1989, casi por casualidad, como parte de su servicio social del Conalep Monclova. Ingresó junto con algunos compañeros a Bomberos, sin imaginar que esta experiencia lo marcaría de por vida. Aunque no llevaba la vocación en la sangre, como él mismo lo admite, el ejemplo de varios compañeros más experimentados, como Luis Enrique Hernández Torres, Cutberto Tijerina y Juan Manuel González, encendió en él la llama del servicio.
"Con el tiempo, uno adquiere el gusto y la responsabilidad por el trabajo", comenta Oziel, recordando aquellos días en que empezó a sentir la pasión por esta labor.
Entre las muchas experiencias que ha vivido, una destaca por su magnitud y el impacto que tuvo en su carrera: el incendio del centro comercial Soriana Anáhuac en el año 2000. Como subcomandante en ese momento, Oziel lideró un equipo de bomberos y coordinó esfuerzos con otras empresas y corporaciones para controlar las llamas que amenazaban con devastar la estructura.
"Fue un esfuerzo colectivo, y esa experiencia me dejó lecciones que jamás olvidaré", afirma. "Tuvimos que trabajar bajo una presión inmensa, pero la dedicación de cada uno de los bomberos fue admirable".
Oziel siempre ha creído en la importancia de la capacitación continua. Desde su época como estudiante hasta hoy, ha participado en cursos y entrenamientos, tanto dentro como fuera de la institución. Para él, la clave para ser un bombero exitoso no radica solo en tener vocación o valor, sino en la voluntad de aprender y mejorar constantemente.
"Muchos jóvenes, cuando les pregunto qué se necesita para ser bombero, siempre responden que vocación y espíritu de servicio pero lo más importante es tener voluntad. Conocí a personas que llegaron al cuerpo de bomberos casi por accidente, pero su voluntad los convirtió en grandes profesionales", mencionó Oziel.
FAMILIA: DE LA ADMIRACIÓN A LA PREOCUPACIÓN.
A lo largo de los años, la percepción de su familia hacia su trabajo ha cambiado. Sus hijos, que solían verlo con admiración como un héroe, ahora viven con una preocupación constante por su seguridad. "Es parte del trabajo, pero entiendo su preocupación. Ellos saben que cada llamada puede ser peligrosa", comparte con un tono reflexivo.
Uno de los objetivos de Oziel es inspirar a los jóvenes. Al acudir a centros educativos, busca transmitir su pasión por el servicio a las nuevas generaciones. "No busco admiración, sino inspirar a al menos uno de los 250 o más alumnos que visito. Si logro que uno se interese en ser bombero, habré cumplido mi misión", dice con convicción.
Recientemente, Oziel ha reconocido los esfuerzos del alcalde Roberto Piña por mejorar el departamento de bomberos. Aunque siempre habrá necesidades en esta profesión, como nuevas unidades y equipo, Oziel se siente orgulloso de lo que se ha logrado hasta ahora. "Hoy contamos con una ambulancia 2023, una motobomba y una unidad 2019. En comparación con otras ciudades grandes, siempre habrá desafíos, pero hemos avanzado mucho", reconoce.
Para Oziel Flores Puente, ser bombero es más que un trabajo; es un honor y un orgullo. A lo largo de su carrera, ha compartido muchas experiencias con sus compañeros, y cada una de ellas ha dejado una huella imborrable. "Representa mucho, se siente mucho orgullo, mucho honor", concluye.
Este Día del Bombero, la historia de Oziel es un recordatorio de que, detrás de cada llamada de emergencia, hay personas con una voluntad de hierro y un corazón lleno de vocación, siempre dispuestas a servir a su comunidad.