Flores de todos colores, comida, músicos, tristeza y llanto, esto es parte de lo que se vivió en el Panteón Municipal Guadalupe
Por: Mónica Meza
Flores de todos colores, comida, músicos, tristeza y llanto, esto es parte de lo que se vivió en el Panteón Municipal Guadalupe a donde cientos de personas acudieron para recordar a esos ángeles que fueron guía, amiga y protectora, a esa madre que no murió sino que se mudó al corazón y se mantiene en la memoria.
En días especiales y no tan especial les llevan flores a la tumba, hablar de ella es volver a sentirla cerca fiscalmente, recordar su aroma, sentir su abrazo, escuchar sus sabias palabras y esos consejos.
Han pasado 34 años desde que Rosa Delia Bello González, una mujer que físicamente era alta, delgada, de cabello largo, tuvo 14 hijos, hombres y mujeres, lamentablemente falleció a causa de cáncer de mama.
Era muy trabajadora, luchadora, una guerrera Pedro, Ana Patricia y Raúl Zamarripa Bello, son tres de sus hijos y mencionaron que tienen muy bonitos recuerdos, así la siguen recordando y agradecidos porque hizo de ellos hombres y mujeres de bien, han ido por buen camino, como ella les enseñó y saben que donde quiera que ella esté está muy orgullosa de sus hijos que siguen unidos.
“Extraño sus tortillas de harina”, señaló Raúl Zamarripa, consternado al recordar a su madre, otra de las cosas que recuerda es “su chancla”, sonríe y menciona que nunca les pegó.