A sus tiernos 10 meses de edad, había atravesado el oscuro túnel de un paro cardíaco
Por: Adriana Cruz
MONCLOVA; COAH.-Los ojos del pequeño Yusak finalmente se abrieron, como si la luz del sol anunciara un nuevo comienzo.
A sus tiernos 10 meses de edad, había atravesado el oscuro túnel de un paro cardíaco. Con valentía, enfrentó una cirugía a corazón abierto después de una batalla intensa contra la gravedad.
La sala de operaciones, un escenario donde los latidos se entrelazan con el silencio, se convirtió en el campo de batalla donde los médicos lucharon por su vida. Cada segundo era una carrera contra el tiempo, cada decisión un paso más cerca de la esperanza.
Pero el destino tenía otros planes. Yusak emergió de la oscuridad, su corazón latiendo con una nueva fuerza, una nueva determinación. Su evolución, lenta pero constante, es un testimonio de la resistencia humana, de la fragilidad de la vida y la fuerza del espíritu.