El cáncer no lo venció, solo trascendió a otro plano.
Por: Teddy Fuentes
MONCLOVA., COAH.-El cáncer no lo venció, solo trascendió a otro plano donde Dios lo esperaba con los brazos abiertos, ya que Francisco Alejandro Pérez Soto “Paquito” siempre fue un niño feliz, quien maduró de un solo golpe al recibir el diagnosticó de su enfermedad, la cual enfrentó con total madurez, lleno de fe y sobre todo de esperanza, dejando a quienes lo amaban su eterna sonrisa y sus ganas de vivir.
Sin poder contener las lágrimas, su madre Cristina Soto recuerda a “Paquito” como un jovencito que luchó contra la adversidad sin miedo a sus tratamientos, pues con 14 años tuvo la valentía de tomar él mismo las decisiones sobre lo que se debía o no hacer para salir adelante y vencer el cáncer.
“Paquito dejó as u paso un legado de amor, unió con su ser a muchas personas quienes siempre lo apoyaron no solo en la recolección de tapitas para su tratamiento, sino estando con él, compartiendo anécdotas y sueños, pues era un niño que le gustaba mucho salir, cantar, ir a la escuela y jugar futbol, era un niño sano, desgraciadamente la enfermedad llegó muy fuerte y nos arrebató su vida”.
UN JOVEN MUY MADURO PARA SU EDAD.
Fue en el mes de mayo del 2022 cuando Paquito comenzó a sentir molestias en su cuerpo, dolores muy fuertes en sus piernas y espalda lo aquejaban, por lo que acompañado de sus padres decidió acudir al médico para una revisión de rutina, sin pensar que el destino le cambiaría su vida para siempre, pues con tan solo 14 años le fue diagnosticado un tumor en su pierna derecha, por lo que de forma rápida comenzó a realizarse exámenes y fue ahí donde le diagnosticaron cáncer.
Los médicos les informaron a sus padres y al mismo Paquito que estaba presentando un rabdiomiosarcoma alveolar en muslo derecho así como un tumor en la pelvis, metástasis en pulmones así como una afectación en el hueso del sacro y cadera, lo cual provocó que el jovencito dejara de caminar.
Aun con un diagnóstico reservado por lo complejo de su enfermedad, Paquito no se dejó vencer y enfrentó tanto la operación para extraerle el tumor como las quimioterapias que le eran aplicadas en la clínica 25 de Monterrey Nuevo León, en donde el jovencito fue ejemplo para muchas personas por su fortaleza, amor a la vida y sobre todo su valentía, pues aunque el tratamiento era muy fuerte, nunca perdió la fe ni la esperanza en salir adelante.
SUS AMIGOS Y COMPAÑEROS DE CLASES SIEMPRE LO APOYARON.
Paquito como amorosamente lo llamaban sus amigos y familiares dejó a su paso por este mundo terrenal una enseñanza de fe y sobre todo de amor para sus semejantes, pues a decir de su madre la señora Cristina Soto, siempre pidió que le hablaran con la verdad e incluso pedía a los médicos que se dirigieran a él para la explicación de sus tratamientos, pues estaba seguro que podía vencerlos.
Sin poder contener el llanto la madre de Paquito aseguró que aunque no podía ir a la secundaria 39 a tomar sus clases de forma continua, sus amigos siempre estuvieron a su lado alentándolo a salir adelante y no dejarse vencer ante la adversidad.
“Sus amigos no podían creer que él se había ido, tuve sentimientos encontrados al ver como querían a mi hijo y como les dolió su partida, sé que él está con dios y seguirá siendo el mismo niños alegre, bailador y bromista de siempre, pero ahí en el cielo ya no tendrá dolor ni sufrimiento, nosotros nos quedamos con su eterna sonrisa y sus ganas de salir siempre adelante, Paquito es un ganador, un guerrero que nos enseñó a amar la vida fuera cual fuera la circunstancia, siempre alegre y siempre de la mano de dios”.
Por su parte, familiares y amigos de Paquito que acudieron a darle el último adiós, mencionaron que les va a hacer mucha falta su sonrisa, su carisma y sus ganas de vivir, pero están seguros que desde el cielo cuidará de su madre, su padre y su hermano, quienes hicieron todo lo que estaba de su mano para que saliera adelante, sin embargo es dios quien tiene la última palabra y decidió llevarlo con él a la eternidad.