Tras el suicidio de un joven en Frontera, el pastor Valentín Bustos urgió a atender las adicciones como una enfermedad social y no solo un problema individual.
Por: Carolina Salomón
La reciente muerte de un adolescente de 16 años que se quitó la vida en el municipio de Frontera ha conmovido a la comunidad, generando un llamado a la reflexión por parte del pastor Valentín Bustos Cabrera, de la Iglesia del Pueblo.
"El suicidio de este muchacho no debe verse únicamente como una consecuencia del consumo de drogas; es el resultado de una enfermedad social que hemos ignorado por demasiado tiempo", expresó Bustos.
El pastor lamentó que el cristal y el alcohol están afectando cada vez a más adolescentes, mientras muchas familias optan por ignorar el problema en lugar de enfrentarlo con responsabilidad.
"Muchos padres prefieren gastar en cosas materiales antes que invertir en la salud emocional de sus hijos. Y luego, cuando ocurre una tragedia, buscamos culpables afuera", dijo.
Llamado a atender el problema desde el hogar
Bustos enfatizó que las adicciones deben ser vistas no solo como una debilidad personal, sino como un reflejo de falta de atención emocional, apoyo familiar y acompañamiento en el hogar.
También destacó que existen alternativas de tratamiento, como el internamiento y la atención psicológica, pero estas no serán efectivas si no se reconoce la gravedad del problema desde el entorno familiar.
Exhorto a la sociedad y autoridades
El pastor hizo un llamado enérgico a padres, autoridades y sociedad en general a no minimizar los casos de suicidio juvenil ni los problemas de adicción:
"No podemos seguir perdiendo jóvenes mientras permanecemos en silencio. Es momento de actuar con amor, responsabilidad y compromiso", concluyó.