Por: Lluvia Estrada
Aunque las heridas físicas poco a poco van sanando, las emocionales mantienen a Laura Dávila al bordo de un ataque de pánico. En vísperas de Navidad fue atacada por ‘El diablo’, su marido quien le asestó 15 puñaladas.
Se trata de Cesar Picazo “El Diablo” quien le hace honor a su apodo y que pese a su peligrosidad se encuentra prófugo.
Acostada en la cama de hospital, Laura mantienen en alerta y sin poder dormir por miedo a que regrese.
Tiene heridas en el cuello, brazos, abdomen y espalda. “Ese día llegó conmigo bastante alterado, no platicamos casi nada, rápido se fue en contra de mí”, recuerda Laura, sollozando.
Asegura que será hasta el día en que las autoridades lo atrapen y lo mantengan detenido por muchos años para que pague lo que hizo, cuando su alma descanse.
Fueron 20 años de vivir entre el miedo y las amenazas, pero para Laura, fueron los golpes y humillaciones las que la hicieron comprender que detrás del pánico está la vida que necesita para sacar adelante a su hija.
Asegura que siente que es muy poco lo que las autoridades han hecho por ella, ya que ni una vuelta por su casa se han dado, para tomar evidencia de huellas y la sangre que quedó en el piso esparcida. “Dicen que no pueden culparlo a él porque no hay pruebas específicas, pero como las van a encontrar si no van y buscan, ahí está mi casa todo está intacto, hay muchas personas que vieron cuando él llegó mi casa y como salí yo minutos después apretando mi estómago porque los chorros de sangre no se paraban”.
La violencia de Laura fue tan permanente incluso en una ocasión fue hasta su trabajo para agredirla, que se había acostumbrado a vivir de esa manera, “siempre que se salía, mi hija y yo tratábamos de no estar para cuando él regresaba, porque llegaba borracho o drogado y nos atacaba”.
Asegura que nunca quiso hablar de lo que vivía porque no quería darle molestias a nadie, pero que apenas hace un par de semanas fue a interponer una denuncia formal, le dijeron que habría policías que la visitarían para que la mantuvieran vigilada, pero ellos nunca llegaron.
Hoy Laura ruega a las autoridades para que den con su paradero porque asegura que es una persona bastante problemática que puede ir por la vida cometiendo ese tipo de delitos sin pensar en las consecuencias.
Tiene Laura cinco días sin comer alimento ni tomar agua, es parte del proceso que le dieron los médicos para verificar que la reconstrucción de su intestino haya avanzado sin ningún tipo de infección que ponga en riesgo su vida.
La herida del abdomen es de más de quince centímetros, fue la que realizaron para salvarle la vida, ya que dos puñaladas que le dio su marido el pasado jueves le perforaron el intestino, provocándole peritonitis.
“Estaba hasta el día de hoy, con oxígeno, porque de repente me entra un miedo que no puedo controlar, se me va el aire me agito mucho y siento que me voy a morir, tienen que sedarme, pero estoy completamente segura que voy a salir adelante, solo espero que las autoridades me ayuden deteniéndolo”.