Muchos padres optaron por no enviar a sus hijos a clases por precaución o porque los menores estaban nerviosos tras lo ocurrido.
Por: Adriana Cruz
El incendio registrado en Bodega Aurrerá de Frontera dejó consecuencias más allá de los daños materiales, pues en las escuelas cercanas al siniestro se reportó un ausentismo del 70% el miércoles. Muchos padres optaron por no enviar a sus hijos a clases por precaución o porque los menores estaban nerviosos tras lo ocurrido.
Abraham Segundo González, director de Servicios Educativos en la Región Centro, informó que la situación generó cierta psicosis en la comunidad escolar, aunque fue controlada. Aseguró que las condiciones son seguras y que los alumnos pueden asistir sin problema este jueves, recordando además que el viernes no habrá clases debido a la realización del Consejo Técnico Escolar.
En algunos planteles, los pocos alumnos que asistieron mostraron preocupación por el incendio, lo que llevó a los docentes a tranquilizarlos y explicarles que no corrían peligro. "Los niños llegaron con miedo, algunos hablaban del fuego y del humo que vieron desde sus casas, así que fue necesario abordar el tema para darles seguridad", comentó una maestra de la zona.
Por su parte, padres de familia señalaron que la movilización de cuerpos de emergencia y el cierre de calles alrededor del supermercado durante la madrugada influyeron en su decisión de no llevar a sus hijos a la escuela, ya que temían que aún hubiera riesgos en la zona.