Las ambiguas facetas del mayor cómico que ha dado nuestro país.
Por: Yolo Camotes
Muchos creen que ‘Cantinflas’ fue el mejor actor de comedia de la historia de México. Su personaje, un simpático joven con un trozo de tela al hombro, un pantalón a la cadera y que hablaba mucho, sin decir nada, marcó una época en el cine nacional.
Pero Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, su nombre verdadero, era una persona radicalmente distinta, se dice que con sus compañeros artistas o los sitios que frecuentaba, el actor se mostraba frío, hostil y soberbio.
Cantinflas y Mario Moreno, eran dos personas en una que vivían en permanente contradicción.
Mario Moreno fue boxeador, bailarín, mesero y hasta se enroló en el ejército durante un tiempo, hasta que descubrieron que había mentido sobre su edad, dando paso al personaje Cantinflas.
Inició su carrera en la década de los años 30 como actor cómico en carpas de la Ciudad de México. Fue un éxito casi desde el principio.
En 1936, filmó su primera película: “No te engañes corazón”, que pasó casi desapercibida, pero la historia cambió cuatro años después, en su tercer filme: “Ahí está el detalle”, que se convirtió en un éxito de taquilla.
Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, nació un 12 de agosto de 1911, fue el sexto de 14 hijos de Pedro Moreno Esquivel y María de la Soledad Reyes Guízar. Pasó su infancia y su juventud realizando diversos oficios como bolero, mandadero, cartero, taxista, empleado de billar, boxeador, torero y hasta militar.
La calidad del personaje de Cantinflas, es indiscutiblemente, amada aún hoy en nuestros días.
Pero la realidad distaba mucho de la imagen de su creación, pues sus allegados lo consideraban una persona siniestra, con una ambigüedad muy evidente.
En algunas de las conversaciones con periodistas, Mario Moreno se refería Cantinflas como a otra persona, y así fue en la vida real, coinciden sus críticos.
De pocos es sabido, por ejemplo, que el actor fue consejero del Presidente Gustavo Díaz Ordaz, uno de los mandatarios más polémicos del país, pues ese gobierno ocurrió la matanza de estudiantes el 2 de octubre de 1968; recibiendo como sueldo simbólico una onza de oro por año.
También fue promotor del Partido Revolucionario Institucional, según documentos desclasificados de la extinta Dirección Federal de Seguridad que durante décadas fue la policía política del país.
Se dice que Cantinflas y Mario Moreno eran dos personas en una, que vivían en permanente contradicción intentando sobresalir una sobre otra. Su fama pública, su prestigio, pero sobre todo el amor que le tiene la mayoría de la población a su personaje, le permitieron abrir sus puertas directas a presidentes, diplomáticos, funcionarios, dignatarios de otros países.
Esta influencia y ese poder político y social que le daba Cantinflas, era usada por Mario Moreno para su beneficio particular, como quedó documentado en los archivos secretos de la extinta agencia de seguridad pública.
Esto se tradujo en grandes fortunas y agudizó la contracción de su vida, por un lado, en el cine representaba una persona pobre, con poca educación y dinero, pero fuera de las situaciones vivía con gran lujo.
A veces sus diálogos coincidían con las políticas del gobierno en turno, volviéndose muy partidario del revolucionario institucional, en sus películas enviaban mensajes políticos acorde a la política del régimen en turno, dejando de ser el cómico del pueblo.
En su defensa podríamos aludir que el México en el que él vivió, toda actividad artística estaba estrictamente regulada y censurada por el gobierno, por lo que no sería raro verlo hacer esta clase de proselitismo.
De sobra es conocido por muchos cuando en un anuncio de cine salió con su personaje Cantinflas diciendo: “¿Qué si estoy empadronado, qué, cómo, claro que estoy empadronado, porque como quien dice, si me acaban de interrumpir la siesta, cómo no voy a empadronarme?, todo esto mientras sujetaba el teléfono con la mano. Lo que dijo a continuación haría historia diciendo: “Me gusta el individuo que postula el PRI, por eso todos votemos por el PRI, no sabemos si lo hizo por conveniencia, pago de favores, o por convicción propia.
Por el lado sentimental, la desgracia siempre venía acompañada del actor, ya que tuvo una relación con la norteamericana Mary Roberts con quien concibió un hijo al que le pusieron Mario, al cual el artista se lo llevó a México 15 días después de haber nacido.
La madre al parecer estaba dispuesta a vivir con ellos, y que Mario Moreno abandonara a Ivanova, a su esposa, pero nunca llegó a ocurrir.
Quizás, sintiéndose sumamente desdichada por la situación de la que no sabemos si obtuvo alguna compensación económica, Marion se suicidó a base de sedantes en diciembre de 1961. Un año después de dar a luz a su hijo, y cuya historia a profundidad a quedado en la oscuridad.
Y qué decir de la bellísima actriz Miroslava Stern, de la cual, a la corta edad de 29 años de edad, se quitó la vida. Muchos han creído que ella lo hizo cuando Luís Dominguin, se casó repentinamente con Lucía Bosé, lo cual es erróneo, ella se suicidó a causa de Mario Moreno, esto lo reveló el famoso productor Ernesto Alonso, quien fue durante muchos años el compañero, amigo, guía y consejero de Miroslava. Nadie sabía tanto de Miroslava como él.
En una charla privada a finales de los años ochenta, Alonso reveló que Mario Moreno le había prometido innumerables veces a Miroslava que se divorciaría de su esposa para casarse con ella y así fueron amantes por largo tiempo, pero Mario Moreno jamás cumplió, ella cansada de esta situación le increpó al respecto, a lo que Mario Moreno solo se dio la vuelta y se marchó.
Algunos días después, Miroslava recibió una carta de Mario Moreno donde le decía que no dejaría a su esposa y que nunca se casaría con ella. Miroslava al día siguiente, se quitó la vida.
También, poco conocidas por el pueblo, fueron sus incursiones latifundistas, donde se apoderó de inmensos terrenos ejidales en varios lugares de la república, que lo enfrentaron contra diversas organizaciones campesinas, e incluso en los tribunales, pero al final, estas organizaciones no pudieron hacer nada contra el ídolo del pueblo que contaba siempre con el apoyo de las más altas esferas gubernamentales.
A la postre algunos de estos latifundios se convertirían en la base para lujosas construcciones departamentales. Con este apoyo, Mario Moreno se apoderó de la Asociación Nacional de Actores la ANDA en 1978.
Una disputa interna lo llevó a enfrentarse públicamente con el actor Enrique Lizalde, los cuales forman un sindicato independiente, Lizalde increpó directamente a Mario Moreno, el cuál haciendo uso de sus influencias políticas, llevó a la carrera de Lizalde a estar en picada durante muchos años.
En 1981, cuando por primera vez la Presidencia de la República encarga la realización de una encuesta para conocer las preferencias de la gente ante la sucesión presidencial del siguiente año, el único ciudadano común que figura en ella, es Mario Moreno y en 3er puesto, pero su popularidad, según esos mismos resultados, podía fácilmente arrebatar fácilmente el triunfo a los dos punteros: Pedro Ojeda Paullada, quien siempre apareció el primer sitio y Miguel de la Madrid Hurtado que a la postre se convertiría en Presidente de México.
Mario Moreno murió a los 81 años de edad el 20 de abril de 1993, víctima de un cáncer que ya le quejaba de algún tiempo atrás. Los diarios del país reproducían las imágenes de esa fecha con el único barrendero, bolero, maestro, limpiavidrios, portero, bombero, cartero, torero, capaz de heredar a su hijo una fortuna estimada en por lo menos 100 millones de dólares.
Pero no honraban a Mario Moreno, sino el personaje que nació en cuna humilde y se consagró hasta conseguir que a su muerte se decretarán tres días de luto nacional.
Su heredero Mario Moreno Ivanova, fallecería 24 años después, a la edad de 57 años. Al depositarse las cenizas del hijo de Cantinflas, se descubrió que la urna que contenía las cenizas del “peladito” de México, estaba completamente deshecha, con cenizas regadas por todas partes y los restos de su esposa VaIentina Ivanova, no habían sido cremados, solo o puestos en una bolsa color verde, descansando junto a las cenizas desperdigadas de su esposo.
Así es, al final de todas las historias de ambición y poder, solo queda un puñado de tierra y polvo.
Aquí les describí dos rostros de un solo hombre, Cantinflas amado por chicos y grandes, por su sencillez, humildad y compasión por los más necesitados, y que hizo reír a México, Mario Moreno un hombre solitario, calculador e introvertido, frío, cruel y ambicioso que se llevó muchas decepciones a lo largo de su vida, un perfecto Doctor Jekyll y Mister Hyde.