Por: Agencia
Jesús Eduardo López creyó tener su vida planeada: ser Ingeniero agrónomo y trabajar para el Gobierno del Estado, pero la fotografía se cruzó en su camino y tuvo que rendirse ante ella. No se puede quejar, no le ha ido nada mal; además se ve que ama lo que hace, habla con gran pasión sobre la fotografía y lo que para él representa. Por su profesionalismo a logrado llegar a ser fotógrafo colaborador de National Geographic y lo mejor es que llegar uno de sus objetivos es compartir todo lo que sabe.
Por tal motivo estuvo en nuestra ciudad impartiendo un Taller de fotografía al estilo National Geographic. Tuvimos la oportunidad de charlar con él sobre su experiencia de vida en esta profesión.
Taller de fotografía en Monclova
Recibí una atenta invitación de mi amigo fotógrafo monclovense, para venir a impartir este taller. Yo ya había venido a Monclova en dos ocasiones, pero nunca a impartir un taller. Nuestro taller tiene una característica: hacerlo con estilo National Geographic que es una revista en la que yo colaboro; la idea es hacer todos estos ejercicios fotográficos como si a mí me tocara una asignación en la revista.
Hoy nos levantamos a las 4 de la mañana, fuimos al Xochipilli a esa hora a tomar fotografías y esperar la luz. La idea en gran parte es enseñarles lo que he aprendido en 31 años de carrera que justo hoy se cumplen 31 años de haber empezado ese viaje. He tenido una serie de experiencias impresionantes trabajando para la revista en diferentes campos como arqueología, naturaleza, vida silvestre, paleontología, culturas vivas. Es lo que he hecho durante todos estos años y lo he conformado en pequeñas historias y doy una conferencia relacionada con eso; además de la conferencia, imparto talleres para que los alumnos vivan una experiencia diferente. Lo teórico es solo un rato, donde vemos mis fotografías y les explico qué es lo que he hecho y les digo lo que vamos a hacer.
El resto es exponer a los alumnos a la luz, que es diferente. Hay una técnica muy interesante que he desarrollado desde hace mucho que se llama: pintar con luz. Todos toman la misma foto pero yo ilumino el sujeto. Entonces, la idea del taller es esa, tener una convivencia con la luz. Más allá de la técnica. Lo que quiero es que todos convivan, que compartan entre ellos; ese es uno de los objetivos, que no sólo yo hable sino que entre ellos se comuniquen y compartan lo que están viendo, se ayuden y se formó ya una comunidad de fotógrafos que están viviendo una experiencia.
Al taller asistieron 38 personas, que son muchas para un taller, pero tratamos de atenderlos a todos para que se lleven una muy buena experiencia. No era necesario tener experiencia en fotografía, y es lo padre de esto, que a lo mejor no saben qué están haciendo a nivel mecánico, pero ya tienen toda esa información en las fotos que tomaron y se dan una idea de cómo funciona el hecho de apreciar la luz.
Yo aprendí fotografía primero aprendiendo a apreciar la luz, fue lo fundamental, antes de entender cuáles eran las ecuaciones de los números que tiene la exposición y velocidad.
Hasta ahora a todos les ha gustado mucho.
Al taller asistieron 38 personas, que son muchas para un taller, pero tratamos de atenderlos a todos para que se lleven una muy buena experiencia.
La cámara
Muchas veces se frustran porque tienen el lente más sencillo, entonces les digo que tienen que aprender a usar lo que tienen, siempre la mejor cámara es la que traen en la mano, esa es la idea.
Les comparto que he publicado fotos en National Geographic con la cámara más barata y el lente más barato. Todo el asunto de cámaras de muchos megapixeles, Para National Geographic el mínimo es 6.2 megapixeles.
Otra cosa muy importante es que lo están viviendo en situaciones de un lugar donde viven. A lo mejor han ido muchas veces a Xochipilli, pero nunca han visto como hoy vieron el molino.
Experiencia personal
Yo no entré como fotógrafo a National Geographic, sino como asistente/chofer, en un proyecto que se llamó “La ruta maya” coincidió que en ese momento yo estaba en Washington, yo soy de Durango, estaba allá aprendiendo a hacer foto. En realidad, yo quería ser foto de modelos. Un poco antes de regresarme de Washington a México tuve la suerte de estar en una cena donde se encontraba el editor de la revista y el jefe de fotógrafos y me recomendaron para que les ayudara en ese viaje.
¿Cómo puede entrar alguien a National Geographic?
Mi consejo para los fotógrafos sería que sean muy críticos con su trabajo, que no dejen de seguir aprendiendo, que siempre traten de ir un paso adelante en lo que hacen.
Generalmente muchos mandan su portafolio pero la verdad es que casi no los ven. Lo que hacen es que tienen headhunters que buscan fotógrafos que participan en publicaciones, o en concursos; áreas donde se exponen a que la gente vea su trabajo. El consejo sería: no dejen de exponer, participar, mandar sus fotos a los concursos.
El asunto con National Geographic generalmente no es tomar fotos sino saber contar historias. Lo que hace uno en la revista es eso.
Mi consejo para los fotógrafos sería que sean muy críticos con su trabajo, que no dejen de seguir aprendiendo, que siempre traten de ir un paso adelante en lo que hacen. Nunca decir “ya lo sé todo” y fundamental: la pasión con la que haces lo que te gusta. La forma de ver el mundo y saber que tus fotografías se van a ver en todo el mundo.
¿ Cuál es la razón de hacer fotografía?
La luz fue la que me empezó a llamar. Yo soy Ingeniero Agrónomo, y conocí en Tamaulipas a un fotógrafo de National Geographic y me fui fijando en lo que hacía y apreciando los paisajes. Lo primero fue entender la luz, luego me fui acercando a la cámara, y vi que estaba en problemas porque cuando pensé que sabía mucho, no sabía nada. El proceso ha sido muy atareado, para ser buen fotógrafo. Yo todavía sigo viendo qué puedo aprender. Una cosa fundamental para como comunicador es tratar de mandar un mensaje de protección al medio ambiente, ese es mi legado y mi estilo. Me gusta tomar lo bello que es nuestro planeta para seguirlo protegiendo.