Javier Castillo, presidente de la APF en Coahuila, señaló que se enteraron del incidente a través de los medios de comunicación y están dispuestos a colaborar por el bienestar de los niños y maestros.
Por: Adriana Cruz
La agresión de un alumno de cuarto grado contra su maestra en la Escuela Primaria José Ramón Guevara ha abierto un debate urgente sobre los límites y retos de la inclusión educativa en Coahuila.
Aunque el hecho generó indignación entre el personal docente y padres de familia, la Asociación de Padres de Familia (APF) estatal aún no ha sido convocada oficialmente para intervenir en el caso.
Javier Castillo, presidente de la APF en Coahuila, señaló que se enteraron del incidente a través de los medios de comunicación. "Hasta ahora no hemos sido invitados a participar, pero estamos en la mejor disposición de colaborar y trabajar en conjunto por el bienestar de los niños y los maestros", expresó.
Castillo reconoció que el derecho de todo niño a recibir educación debe ir acompañado de un sistema que respalde verdaderamente a los docentes. "Los maestros enfrentan el reto de atender a un grupo de más de 30 alumnos y, al mismo tiempo, adaptar su dinámica a las necesidades de un estudiante con condiciones especiales. No es fácil", explicó.
Recordó que la Secretaría de Educación (SEDUC) es la instancia que determina si un menor con dificultades conductuales o de salud puede integrarse a una escuela regular. "El derecho a la educación es incuestionable, pero también debemos cuidar el entorno donde ese derecho se ejerce, tanto para el menor como para el resto de los alumnos y maestros", apuntó.
Aunque la APF no tiene injerencia directa en las decisiones pedagógicas, Castillo afirmó que cuentan con profesionales dispuestos a intervenir de manera complementaria. "Tenemos psicólogos, especialistas y aliados que pueden ayudar en la orientación familiar y emocional. Siempre estamos dispuestos a sumar esfuerzos", aseguró.
Finalmente, el presidente de la APF invitó a no perder de vista el contexto emocional de los niños que muestran conductas agresivas. "A veces esas reacciones son una forma de defenderse ante situaciones que viven fuera del aula. No justificamos, pero sí pedimos comprensión y atención profesional", reflexionó.
Mientras la Secretaría de Educación revisa el caso, la Asociación de Padres de Familia se mantiene en espera de ser convocada para acompañar el proceso y contribuir con estrategias que fortalezcan la convivencia escolar y el apoyo emocional dentro de las aulas.