Por: Mónica Meza
Lucio Pineda y Ramona Prado descansan en la misma tumba, el murió hace 18 años y ella hace un año y medio, sus hijos aseguran que ni la muerte los pudo separar pues se tenían un inmenso amor.
Un gran altar de muertos realizaron sus hijos, su nietos y bisnietos, es la primera vez que lo hacen en el panteón, regularmente le hacían el altar de muertos a quien fuera el jefe de familia, Don Lucio.
Fueron los mejores padres.
Guadalupe, Leonor, Rosym Gaspar, Oscar, Yessi, Bonifacio y Chanil son producto del inmenso amor que existió entre Lucio y Ramona, entre todos se organizaron para llevar los alimentos preferidos de la pareja y otras cosas de las que les gustaba hacer.
Ambos murieron de un infarto, uno primero que el otro, a él le gustaba mantener a su familia siempre unida, fue el mejor de los padres aseguran sus hijos que lo recuerdan como era en vida.
Ella murió hace menos de dos años, su ausencia sigue doliendo, más porque era una mujer de buen corazón, alegre, amigable, siempre le dijo a sus hijos que debían mantenerse en unidad, apoyarse y quererse.
Fue un día especial para recordarlos, la familia se quedó durante todo el día en el panteón, donde recordaron a sus padres, lloraron, rieron, pero siempre se mantuvieron unidos, así como sus padres les enseñó.