Fuundec: 10 años de lucha y dignidad

Por: Vanguardia Agencia

Hace 10 años un colectivo de familias que buscan a sus desaparecidos salió a la luz pública. Era un domingo 19 de diciembre de 2009 en Saltillo. No tenían nombre pero dieron a conocer una noticia que causó escalofríos: en Coahuila había 21 personas desaparecidas en menos de un año.

Con el anuncio, otras familias, madres principalmente, buscaron al colectivo, hasta que se tejió una fuerza colectiva. Se hicieron llamar Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (Fuundec).

Yolanda Verástegui González

Las voces que se iban sumando fueron acrecentando el horror que sucedía.

Desde aquel 19 de diciembre de 2009, las familias no han tenido paz ni justicia ni mucho menos han sabido de sus seres queridos desaparecidos.

Son madres principalmente, pero también padres, hijos, hermanos, hermanas, esposas, los que han gritado en los últimos años que tienen un hijo desaparecido. Son madres que se defienden de los señalamientos de la gente.

En los últimos años se han creado leyes y se ha mejorado la cuestión jurídica de las familias y sus desaparecidos. Pero en el fondo las cosas siguen igual: no encuentran a sus desaparecidos por ningún lado y ninguna autoridad hace nada por hallarlos.

Ixchel Mireles Rodríguez

Aquí los relatos con destinatario para una sociedad, un gobierno, una fiscalía, un gobernador, una autoridad, pero también –quizá- para aquellos que siguen desaparecidos.

En el camino algunos padres y algunas madres han fallecido en la búsqueda. Por eso las siguientes son las voces de los que siguen de pie. La voz del cansancio, de la frustración, del desánimo, de la decepción.

Hay anécdotas con gobernadores, con fiscales, con ministerios públicos, con la sociedad. Son 23 testimonios que reflejan la voz de coraje, de dolor, pero también de la esperanza, de la lucha, de la dignidad.

Lourdes Herrera del Llano

Busca a su hijo Brandon Esteban Acosta Herrera, su esposo Esteban Acosta Rodríguez y sus cuñados Gerardo y Gualberto Acosta, desaparecidos el 29 de agosto de 2009 en Ramos Arizpe.

Con toda la inseguridad y pavor decidimos hacer públicas las desapariciones en Coahuila en diciembre de 2009. No teníamos nombre, pero ya estábamos organizando. En la sede de la diócesis citamos a medios de comunicación; con miedo y todo salimos a la luz pública, hicimos público lo que sucedía. Fue una bomba.

Lourdes Herrera del Llano

Yolanda Verástegui González

Busca a su hermano Antonio Verástegui González y su sobrino Antonio de Jesús Verástegui Escobedo, desaparecidos el 24 de enero de 2009 en Parras.

Nos entrevistamos con el secretario de gobierno de Humberto Moreira, y nos dijo ‘sabemos todo cómo está, sabemos quiénes manejan todo, está muy difícil, lo que no sabemos es por qué a sus familiares, ellos no tenían nada que ver’. Hasta nos dio nombres, ahí andan. Cómo es posible, nos quedamos sorprendidos con la plática. Por qué se los llevan, por qué los desaparecen, por qué permiten que tantas familias sufran, no entiendo qué es lo que quiere el gobierno, es algo muy cruel.

Ixchel Mireles Rodríguez

Busca a su esposo Héctor Armando Tapia Osollo, desaparecido 19 de junio de 2010 en Torreón

A mí también ya me dijeron cómo mataron a Héctor, pero no les creo nada. No dudo que no esté en este mundo por los años, pero la forma como me dicen que fue, es un cuento.

María Luisa Lazarín Sierra

Rosa Albina Zapata Contreras

Busca a su hijo Carlos Gerardo García Zapata, desaparecido el 31 de octubre de 2008 en Torreón.

En una ocasión una señora llegó llorando y nos pidió perdón. Nos dijo que se burlaba de nosotros. Andábamos en la plaza de Armas cada cumpleaños de nuestros hijos. En otra manifestación que hubo que íbamos a salir a la marcha, llegó y nos pidió perdón, llorando, porque se burlaba de nosotros y le acababan de desaparecer a su hijo. Era lo que decía, únanse a nosotros. La unión hace la fuerza.

Esther Contreras

Rosa Albina Zapata Contreras

Esther Contreras

Busca a su hijo Jesús Antonio Mena Contreras, desaparecido el 29 de junio de 2010 en Torreón

En mi primera marcha, en Torreón, terminamos afuera del museo Arocena. Iba con mi nieta, una hermana, mi hija. Me dio un dolor tan fuerte porque llegó una persona a entrevistarme y no podía hablar, se me cerraba la garganta porque sentía que me trababa y tenía un dolor tan grande, no podía ni llorar, pero fue una situación dura. Ese día citaron que fuéramos de blanco, fue la marcha más dura, la primera.

María Luisa Lazarín Sierra

Busca a su hijo Israel Torres Lazarín, desaparecido el 18 de junio de 2009, en Matamoros, Coahuila.

Recuerdo cuando despedimos a Calderón y llevaron una piñata. Nos pusimos mal muchos. Sacamos toda nuestra ira, coraje con Calderón. Fue mucha ira y al estarle dando a la piñata sentíamos que le dábamos. Fue muy doloroso, muy pesado.

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