A seis años, ninguno ha sido resuelto y ni siquiera hay sospechosos.
Por: Azucena Tenorio
Luego de la muerte del magistrade Ociel Baena en medio de acusaciones de un presunto “crimen de odio”, a nivel local existen un caso confirmado de crimen de odio que quedó en la impunidad, y donde nunca se detuvo al responsable.
Nos referimos al caso de Mario Cabrera quien fue asesinado a puñaladas el domingo 25 de septiembre del 2016. Mario Cabrera y Ricardo Escobedo Mata tenían una relación de 7 años; y el domingo 25 de septiembre cinco sujetos, entraron a su hogar y los hirieron en su domicilio de la calle Charco Azul 1342, de la colonia Colinas de Santiago.
Horas antes habían acudido a una reunión familiar a dos cuadras y regresaron a su casa a las 3:00 de la mañana, su sobrina les había pedido que no se fueran. Tres horas después, Ricardo se levanta porque escucha ruidos extraños en su casa y al estar a oscuras, sólo alcanzó a ver a un joven forzar una ventana.
El muchacho brincó y lo apuñaló dos veces en el brazo izquierdo, otro joven se metió a la casa y le abrió la puerta a los demás, no alcanzó a verlos por la oscuridad. Uno de ellos lo tumbó mientras los otros agarraban objetos, le dijo que no lo iban a matar y que sólo querían la cartera.
Salieron corriendo y fue en eso que Mario salió del cuarto, uno de los sujetos se regresó y le clavó el cuchillo en el cuello.
“Payo mira donde me dieron, me voy a morir”, fue lo que le dijo Mario a su pareja antes de caer al suelo de su hogar. Ambos eran buenos hombres que salían de su casa al trabajo y viceversa, convivían con los vecinos y su familia, sin meterse en problemas con nadie y sin esconderse.
Han pasado siete años y las autoridades jamás pudieron dar con el o los responsables, Ricardo se mudó de la ciudad pero los vecinos siguen recordando el sangriento crimen.