Piden más de 6 mil millones de dólares por ella, más las deudas con trabajadores, proveedores y el gobierno
Por: Adriana Cruz
MONCLOVA; COAH.-La quiebra de Altos Hornos de México (AHMSA) es inminente. Según fuentes fidedignas, el anuncio oficial está a días de distancia. La que fue una gigante de la industria siderúrgica latinoamericana enfrenta un panorama sombrío. "¿Quién en su sano juicio va a comprar una empresa en más de 6 mil millones de dólares?", externaron con incredulidad fuentes cercanas a la empresa.
El monto de venta es solo una fracción de los costos involucrados. A esta cifra se suman los millones necesarios para pagar a los trabajadores, reactivar las minas, y reparar y rehabilitar el equipo. Además, AHMSA debe hacer frente a deudas con acreedores y proveedores, y cubrir una obligación de más de 3 mil millones de dólares al gobierno federal, a través de la Secretaría de Hacienda, que convertidos a pesos mexicanos representa poco más de 50 millones de pesos.
"No es posible, ya es insostenible y ya no hay marcha atrás", declaró en exclusiva un directivo de AHMSA. Con un nudo en la garganta añadió, "Esto se acabó, no hay quien la compre".
El futuro se torna aún más oscuro con la inevitable declaración de quiebra. La empresa será subastada al mejor postor, un proceso que podría tomar años y acabar con la venta de sus activos como chatarra. A pesar de las promesas de que los trabajadores serán los primeros en recibir compensaciones, el panorama es incierto y aterrador.
Cabe recordar que a principios del mes de abril John Abbot informaba en una entrevista, que el plan de reestructura de Argentem Creek Partners para la reactivación de la empresa contemplaba destinar 1700 millones de dólares para cubrir pasivos financieros como la deuda con el sector público y acreedores garantizados, además del pago de liquidaciones a obreros y empleados. Canalizaría también 500 millones de dólares a capital de trabajo y 1700 millones de dólares para mejoramiento de los activos y regresar la empresa a su estado operativo. En total cerca de 4 mil millones de dólares sin contar el pasivo laboral.
La concreción del proyecto estaba sin embargo, sujeta a condicionantes tales como la eliminación del créditos fiscales fincados a la empresa por más de 3,000 millones de dólares, los cuales fueron impugnados por AHMSA y se encuentran en revisión por autoridades hacendarias, pero no han podido ser eliminados.
Fundada en 1942 y operando desde 1944, AHMSA fue asumida por el Grupo Acerero del Norte en 1991. Sin embargo, la detención de Alonso Ancira Elizondo, presidente del consejo de AHMSA, en 2019 marcó el comienzo de su caída. La situación se agravó en 2022, cuando los pagos a los trabajadores comenzaron a retrasarse hasta cesar por completo.
Actualmente, los 17 mil obreros de AHMSA viven en la incertidumbre, habiendo perdido sus pertenencias, viviendas, coches, y la capacidad de solventar los estudios de sus hijos. Aunque muchos han encontrado otros empleos, la tristeza por el destino de su antigua empresa persiste.
Hace cinco años nadie podía siquiera imaginar que AHMSA pudiera enfrentar esa realidad. Hay un dicho que la gente de Monclova solía usar cuando recibía su sueldo, algún bono, cuando era beneficiario de algún apoyo brindado por la empresa dentro de su programa de responsabilidad social, cuando veía desarrollo en la Ciudad o cuando producto de su trabajo en la empresa podía vivir bien y darse algún lujo, se decía "Ahmsa, no te acabes". Quien iba a pensar que AHMSA podía acabarse y el Ave Fénix se quedaría en cenizas por siempre.
Quien iba a imaginar que Monclova, podría dejar de ser la Capital del Acero perdiendo el que fue no solo el motor económico de Monclova y la región, sino un símbolo de la identidad de los monclovenses que orgullosamente decían tener el alma de acero.
De ir a la quiebra, probablemente quedaría muy poco para repartir entre todos los involucrados. Altos Hornos de México podría terminar tal como la otra gran compañía Fundidora Monterrey, que operó 86 años, convertida ahora en un museo y de la que solo queda una olla de acero y un alto horno como ornamentos en un parque recreativo.