Por: Mónica Meza
Desde temprana hora, los danzantes que integran la danza “Nuestra Señora de Guadalupe” salieron de sus hogares, entusiasmados por danzar como parte de un agradecimiento y por la fe que tienen con la Morenita del Tepeyac.
Desde pequeñitos hasta personas adultas conforman esta danza que inició desde hace 8 años, la iniciativa la tomó Maricela Méndez Reyna 48 años de edad quien desde pequeña danzaba a la virgen como parte de una herencia familiar, pues su papá, sus tíos y abuelos lo hacían desde año atrás.
Ella es una madre de familia que tiene una gran fe y devoción hacía la Virgen de Guadalupe pues es quien ha escuchado sus suplicas, le ha brindado serenidad y paz para cualquier situación que se le presente.
Dos años después de que inició con su danza, en la unidad en la que los danzantes se trasladaban, se reflejó la imagen de la virgen, fue en un cristal, la imagen era clara, estaba la silueta de la Virgen, con el rosto hacía abajo y sus manos unidas.
Esto para Maricela fue un milagro, fue como sentir su presencia por lo que siguieron danzando pero ahora con más fuerza y con más corazón.
“Sentí algo muy bonito, todos lo vimos, sentimos que era una forma de agradecernos y pedirnos que no dejáramos de hacerlo”, comentó.
Durante todo el día danzan, por lo menos son 12 viviendas las que visitan y en las que danzan con gran fervor el 12 de diciembre de cada año.
“Muchas gracias a ella porque a pesar de que he tenido pérdidas nunca me ha dejado sola”, comentó Maricela mientras se le humedecían los ojos.
Hace apenas un año perdió a su hijo, Aziel Natanael él tenía distrofia muscular, el 12 de diciembre pasado anduvo con su madre en las danzas, porque él quería acompañarla, para el 13 de diciembre a las 4:00 de la mañana, falleció a los 21 años de edad.
“Le pedí mucho a la Virgen por mi hijo, pero después entendí que solo Dios sabe hasta cuándo, fueron mucho años que me permitieron estar con él a pesar de su enfermedad, por eso estoy agradecida, aunque no dejo de sentir dolor, no ha sido fácil, pero aquí seguimos”, comentó.
Luego de la pérdida pensó en dejar la danza, pero algo le decía que tenía que seguir pues los niños y jóvenes que danzan le insistían para que esto no desapareciera.
Son cerca de 20 personas las que danzan, andan por gusto por fe y devoción, hay danzas que cobran cierta cantidad de dinero, pero esto no lo hacen, prometió que no cobraría.
“Cuando yo andaba en la danza, mi tío nunca cobró, pero a veces la gente nos quiere dar, eso lo utilizamos para el vestuario, calcetas, playeras, enagüillas, short, además de los detalles del vestuario”, señaló.
Recuerda que en una ocasión se sentía presionado, tenía problemas económicos, tomó su bolsa y empezó a sacar lo que traía, encontró el monedero, lo abrió y ahí estaban 2 mil pesos.
“Me asombré y dije gracias madre mía, porque ella sabía para que lo necesitaba, me acuerdo y me da escalofríos, nunca supe de donde salió el dinero, pero estoy segura que fue ella”, comentó.
Historias como esta existen en todo el mundo, sobre todo en México donde habita la mayoría de los creyentes en la Virgen de Guadalupe.