Por: Agencia
El Colegio de Investigaciones Históricas del Centro de Coahuila y la Asociación de Cronistas e Historiadores de Coahuila de Zaragoza presentaron el sábado 8 de junio la Conferencia: Carranza y la influenza española de 1918, que fue impartida por el Doctor José Francisco Esparza, quien fue invitado para compartir este tema del que él ha investigado lo suficiente para ahora compartirlo.
El tema de la influenza es algo que incluso hoy en día causa cierto temor entre los pobladores. Todavía recordamos el año 2009 y el terror que provocó en la población la influenza. Se cancelaron muchos eventos importantes y todo aquello que tuviera relación con reunir a más de cierta cantidad de personas. A raíz de esa pandemia se crearon medidas que hoy en día todavía ponemos en práctica para evitar de nuevo una epidemia como esa.
El Colegio de Investigaciones Históricas del Centro de Coahuila y la Asociación de Cronistas e Historiadores de Coahuila de Zaragoza presentaron el sábado 8 de junio la Conferencia: Carranza y la influenza española de 1918.
Durante la conferencia el Doctor José Francisco Esparza, habló desde la definición de la influenza en su posición de médico, hasta la historia de la misma en su posición de fanático de la historia. El registro de enfermedades epidemiológicas data desde años muy remotos, incluso desde los primeros pobladores. La influenza española, se presume, inició con una bacteria que estuvo en reposo durante muchos años y continuó mutando hasta convertirse en el virus que finalmente conocemos.
Se transmite por vía respiratoria entre humanos y por medio de animales y su consumo alimenticio, más común los porcinos porque resguardan más grasa que cualquier otro animal. Hablando de vía respiratoria se refiere a estornudos, saliva y fluidos nasales.
La influenza en México en 1918
Inició como una simple gripe, porque justo tenía esas características, la principal de ella: fiebre alta. ¿Cómo llegó a nuestro país? En primer lugar de origen no fue España, sino la Península Ibérica en general. Pero se le denominó Influenza Española porque fue el país que tenía más prensa y distribuía más la información
La guerra, el hambre, la pobreza y las epidemias fueron responsables de un estancamiento o “detenimiento demográfico”. La Revolución Mexicana influyó mucho en el esparcimiento y contagio de la enfermedad. Los que luchaban en la revolución, de cualquier bando, viajaban por todos los estados contagiando aún más a la población.
De acuerdo con los censos de 1910 y 1921, la población de México pasó de 15 160 369 a 14 334 780 habitantes. La emigración, la guerra civil y la pandemia de influenza fueron responsables de la muerte de 450 000 personas.
La Revolución Mexicana influyó mucho en el esparcimiento y contagio de la enfermedad.
Algo muy característico y que más recuerda la gente sobre esa época, que pasó de generación en generación, son las famosas “gavetas” que eran unos carretones que cargaban con los cuerpos de aquellos que morían por la influenza.
Lo extraño es lo común que se convirtió este acto para la gente. Incluso se comenta que las personas sacaban a sus muertos desde una noche antes o a la hora que se murieran como si fueran bolsas de basura, esto por el temor de resguardarlos en casa y que siguieran contagiando a los demás. Esto habla de una insensibilidad por parte de los ciudadanos que se dejaron gobernar por el temor de ser contagiados. En México esta epidemia adquirió el hombre común de peste roja o muerte púrpura.
Durante la conferencia el Doctor José Francisco Esparza, habló desde la definición de la influenza en su posición de médico, hasta la historia de la misma en su posición de fanático de la historia.
Como siempre se comenta en los artículos de historia que se escriben aquí, todo acto histórico debe cumplir con su responsabilidad de traer algo al presente para considerar. En este caso, la conclusión del Doctor José Francisco Esparza, es la de tomar en cuenta los avances científicos que se tienen en las vacunas y aplicarse las correspondientes para evitar una catástrofe de este tipo.
En la actual contingencia se cuenta con la identificación exacta del agente etiológico: el virus de la influenza tipo A (H1N1) que, para nuestra desgracia, muta con facilidad, por lo cual los millones de vacunas que se están produciendo para surtir al mundo en los meses invernales podrían resultar inútiles si llegara a ocurrir un cambio en la estructura genética del virus. Por ahora, estar al corriente con la aplicación de cada vacuna es lo mejor que como ciudadanos podemos tener.