Por: Mónica Meza
¡Taquitos, gorditas, enchiladas, tamales, refrescos, agua, llévele, llévele!, son pregones que siguen grabados en la memoria de cientos de personas que vivieron la experiencia de viajar en el tren de pasajeros.
Durante mucho tiempo existió añoranza al recordar y volver a vivir aquellos tiempos en que el boleto para viajar era bastante económico, en donde los padres cargaban a sus hijos y junto con las maletas los metían al tren por los ventanales para apartar el lugar debió a la gran demanda que existía.
La gente se vio obligada a emigrar en busca de mejores oportunidades.
Todo esto es una escena peculiar durante la época de Nacionales de México a la llegada del pasajero en cada estación con los vendedores de comida ofreciendo sus productos arriba y abajo del tren como si se tratara de una competencia por obtener a un mayor número de clientes.
Un día todo esto llenó de vida a México y cada una de sus estaciones, pero cuando el tren desapareció, murieron esos pueblos que quedaron olvidados, la gente se vio obligada a emigrar en busca de mejores oportunidades, haciendo un esfuerzo por comprar un vehículo para poder transportarse a grandes distancias.
Hasta que se anunció el regreso y todo eso volvió a renacer desde los corazones de la gente que lo vivió y disfrutó, cada viaje, cada movimiento del tren, el ruido de la maquina locomotora y cada suspiro que salió del alma cuando fueron testigos de los hermosos paisajes que se tienen en medio de la nada, ahí por donde solo pasa el tren.
“NO VAMOS A VIVIR DE LOS RECUERDOS, VAMOS A VOLVER A VIVIRLOS CON NUESTROS HIJOS”.
“Son experiencias muy hermosas, muy bonitas, estaba pequeña y disfrutábamos las golosinas que vendían en el tren”.
El servicio del tren de pasajeros ruta Saltillo-Piedras Negras, Coahuila, ha estado cerrada desde 1997 y tras darse a conocer que la línea de comunicación se reabrirá y que volverá a beneficiar a los campesinos y muchos más, la respuesta de la gente fue de gozo, de alegría porque esto suceda. También se busca que las líneas ferroviarias Ferrocarril Mexicano y Kansas City Southern de México puedan circular por Castaños, Nava, Allende, Sabinas, Múzquiz, Escobedo, Frontera y Ramos Arizpe.
EL TREN DE PASAJEROS
Eran bastante rústicos, pero la gente no quería otra cosa, no tenían clima, se viajaba con las ventas abiertas, el tren corría a una velocidad de entre 40 o 50 kilómetros por hora y con eso la gente estaba encantada de la vida.
A cada rato pasaba el agente de publicaciones vendía esto, lo otro, refresco, atole y hasta cerveza, para muchos era todo una fiesta ahí arriba, sobre todo para los niños, algo que muchos recuerdan con afecto, añoranza y un poco de melancolía porque afortunadamente les tocó vivir esta etapa.
Pueblos revivirán con el regreso del tren de pasajeros.
“Ojalá que si regrese, es necesario porque a veces la gente no puede trasladarse, no hay medios económicos la carestía de la vida no permite pagar pasaje de autobuses, sería algo magnifico, se facilitaría más para llegar de un lugar a otro, aunque es tardado, es relajante, se disfrutan los paisajes, la naturaleza, el aire puro, se conoce tú región los lugares muy bonitos que se murieron pero que seguramente revivirán”, comentó Arcelia Álvarez quien vivió esta experiencia en tren.
Vivía en Paredón Coahuila un ejido de Ramos Arizpe, justo ahí donde se hacía el cruce de trenes de Monterrey a Durango y de Saltillo a Piedras Negras, al entrar a la primaria caminaba más de 500 metros y llegaba a las vías del tren donde se coleaba hasta llegar a un crucero, el barrió más nuevo donde estaba la escuela.
Ese era el medio de transporte, tal y como lo hacen las personas que van de mojado, al salir de la escuela, esperaban al tren que pasara para volverse a colgar con las mochilas cargadas. En la estación se paraba el conductor del tren de carga para pedir ordenes, aprovechaba para bajarse y regresar a su hogar.
Llegó a viajar en el tren de pasajeros de Ramos Arizpe, Saltillo, Ciudad Frontera, Monterrey, Torreón.
“Son experiencias muy hermosas, muy bonitas, estaba pequeña y disfrutábamos las golosinas que vendían en el tren”, señala Arcelia Álvarez con un álbum de fotografías de aquellos tiempos.
Le gustaban los garapiñados, las glorias, cacahuates, palanquetas, dulce de coco, pero sobre todo el pan de pulque además de los quesos muy ricos que traían de Torreón y que decir de los jarros de jocoque.
Los niños podían correr a través de los vagones, sacar la cabeza por las ventanas y a escondidas del guardia de seguridad que constantemente los regañaba, ese al que toda madre utilizaba para amenazarlos cuando no hacían caso, “Ahí viene el señor por ti”.
Cuando había fiestas en las rancherías, el tren no se paraba porque ya venían llenos si se paraban era con puertas cerradas, muchos se subían por las ventanillas, Arcelia Álvarez recuerda esos momentos con nostalgia.
“Se añora el tren porque además era un medio de transporte muy barato, no había camiones, fue una época muy bonita, también viajábamos de Paredón a Frontera en la mañana y regresábamos en la tarde, había gente que iba a comprar mandado, medicamento o algo más, después me tocó ir de Paredón a Durango donde estaba estudiando”, señaló Arcelia Álvarez maestra jubilada.
TREN DE PASAJEROS RUTA SALTILLO-PIEDRAS NEGRAS, COAHUILA. La columna vertebral del Estado de Coahuila
“No vamos a vivir de los recuerdos, vamos a volver a vivirlos con nuestros hijos”.
Juan Felipe Blackaller Granada, historiador en Monclova, en base a sus investigaciones habló un poco de cómo fue que inició el ferrocarril y el progreso que se vivió a través de los años, así como la traición que sintieron decenas de mexicanos al quitar el tren de pasajeros.
Originalmente se llamó Ferrocarril Internacional Mexicano su construcción inició en 1884 cuando Manuel del Refugio González Flores estaba como presidente de México, fue una concesión para hacer un ferrocarril de Piedras Negras a Mazatlán que nunca llegó, a través de los años se construyó de Sabinas a Monclova, la estación que actualmente se encuentra en Frontera quedó muy lejos del centro de Monclova.
Existen teorías y leyendas de que la gente de Monclova no quería que el tren pasara cerca porque no los dejaría dormir la siesta, pero esos son puros cuentos, Juan Blackaller ha trabajado en la historia y la razón por la que las vías del tren se construyeron pen lo que ahora es Ciudad Frontera es porque se tenía que evitar las lomas, no debían existir pendientes para poder transportar vagones de pasajeros y de carga.
La pasada del ferrocarril a la Estación Monclova, llegó un 25 de enero de 1884, antes de esto existía un pequeño ferrocarril que era tirado por mulas y después por motor de combustión interna de Estación Monclova (Actualmente Frontera) al centro de Monclova.
La construcción del tren sigue, llega a Paredón y de ahí tomaba el rumbo a lo que actualmente es Torreón, ahí donde se cruzan las vías del Tren Internacional Mexicano con el tren del Paso del Norte rumbo a México, ahí se funda Torreón que es la ciudad Coahuilense que tomó más auge y que actualmente es la ciudad más poblada del Estado.
El Ferrocarril no llegaba a Saltillo, llegaba otro, pero iniciado el siglo XX se hizo la construcción de la vía de Paredón a Saltillo y con eso se forma la columna vertebral del Estado de Coahuila en cuanto a las vías férreas, es una vía que va de Piedras Negras a Saltillo atravesando por el Centro del Estado de Coahuila.
TRASTOCÓ EL SISTEMA DE COMERCIO
Garapiñados, las glorias, cacahuates, palanquetas, dulce de coco, pero sobre todo el pan de pulque.
Cuando el tren llegó a la Región trastocó el sistema de comercio, anterior al tren la forma de comerciar y transportar mercancías era a través de arrieros con 50 o 100 equinos o mulas que venían cargadas de una ciudad a otra llevando alimentos, provisiones o lo que se necesitaran.
Lo anterior hacía que la gente viviera en una carencia problemática, por las familias eran casi autosuficiente con lo que producía en el campo y en la siembra con los pocos o muchos animales que tuviera para compensar su régimen alimenticio.
Cuando llega el ferrocarril cambian las cosas, ya no se conseguía la mercancía por kilos o almudes, como se conocía, ahora era por toneladas, porque el tren transporta grandes cantidades, eso abarata mucho las provisiones, las hace más fluidas y no hay escases, se va haciendo un comercio mucho más ágil que es el que se conoce actualmente.
COMUNIDADES QUE QUEDARON EN OLVIDO
“Aunque es tardado, es muy relajante, se disfrutan los paisajes, la naturaleza”, Arcelia Álvarez.
Hubo decenas de comunidades rurales que quedaron en el olvido, que se convirtieron en pueblos fantasmas cuando desapareció el tren de pasajeros, los mismos ferrocarrileros que estaban en el socorro, el matrimonio y que conservaban los rieles en buen estado, eran ferrocarrileros que tenían que transportarse a Frontera o Monclova a la escuela o al hospital.
“Desgraciadamente cuando se vendieron los ferrocarriles, todos se olvidaron de ellos, los desecharon y los dejaron ahí abandonados en el desierto, muchos se vieron obligados a salir de sus viviendas en busca de mejores oportunidades, otros siguen ahí”, comentó Juan Blackaller.
CUANDO SE CONSTRUYÓ EL FERROCARRIL SE CONSTRUYERON LAS VENAS DE NUESTRA PATRIA
“Cuando se construyó el ferrocarril se construyeron las venas de nuestra Patria y cuando lo vendieron, eso fue lo que vendieron las venas de nuestra patria y empezaron a usar las carreteras para todos los transportes”, señaló el historiador.
Mencionó que el pueblo hablaba de un crimen al haber hecho esa venta de Ferrocarril que posiblemente dejó buenas utilidades y lo sigue haciendo, pero que dejó al pueblo una tremenda desgracia.