La verdadera navidad

Por: Mónica Meza

El significado de la navidad no es reglar, enfiestarse, embriagarse  o comprar cosas materiales, la verdadera navidad es el nacimiento de Dios en los corazones de cada persona, es rescatar los valores como la tolerancia, la honestidad, la generosidad y  la perseverancia señaló Juan José Villa  pastor del templo Nuevo Amanecer.

A medida que madurábamos comenzábamos a asumir los valores sociales. Ya no se trataba solo del buen trato hacia nuestros semejantes, sino también de la cooperación, la comprensión y vocación de servicio.

Valores que poco a poco están desapareciendo, algunos dicen que es la ‘natural’ transformación de la sociedad, otros que las personas cada vez más se alejan  del camino de Dios y otros al  entorno global.

La descomposición y los conflictos familiares, los vicios, las mismas crisis económicas e incluso la promiscuidad han hecho mella en este asunto. Lo cierto del caso es que, cada día que pasa, hay menos respeto por los valores.

“Pero la realidad es celebrar el nacimiento de Jesucristo, que nació para morir a los 33 años de edad en una cruz por los pecados de la humanidad, vino a cumplir una misión en la tierra para tener esperanza del perdón de los pecados y la vida eterna”, señaló el pastor.

Dijo que mientras exista la envidia, la trampa y la corrupción o casos impactantes como la muerte de jóvenes, padres y niños; nos alejamos de la verdadera navidad.

“Vivimos en una sociedad violenta, de maldad, vemos los asilos con el abandono a los ancianos, los abortos, aunque este legislado y aceptado por las leyes, es muestra de falta de amor hacía la vida, eso es muestra de maldad”, señaló.

Pero también está la proliferación de los vicios como el alcohol, la droga, el tabaco, que autodestruyen.

“A pesar de todo Dios nos ama y por eso mandó a Cristo, porque el único que puede cambiar a la sociedad no es un líder político ni religioso, solo Cristo si volteamos hacía ese Cristo nuestro corazón va a cambiar, así como me pasó a mí”, comentó.

Cristo cambia corazones egoístas, materializados, llenos de rencor y amargura solo Cristo los cambia, pues solo el amor puede hacer eso, por ello exhortó a la ciudadanía a acercarse a Cristo y cambiar.

Salir de la versión móvil