Por: Agencia
Las partituras originales de la ópera Cuauhtemotzin (1871) escrita por el músico y médico del siglo XIX, Aniceto Ortega, considerada la primera ópera mexicana creada, fueron entregadas en donación a la Biblioteca Nacional de México junto con nueve cajas con los manuscritos de las marchas de Zaragoza, Potosina y Republicana; fotografías, cartas y diarios del músico.
Los históricos documentos permanecieron bajo resguardo por más de 25 años de Juan Latapí, familiar directo del compositor, quien en esta charla nos cuenta la importancia histórica de los documentos que incluyen, partituras, correspondencia y fotografías.
Historia
"Nosotros como familia decidimos no vender este acervo, ya que a nosotros nos enseñaron que eso hay que compartirlo con la gente a quien le interesa”
Juan Latapí.
“Por azares del destino quedó bajo mi resguardo un acervo cultural de mi familia materna, mi segundo apellido es Ortega. Entonces se dieron tal las cosas que hace más de 25 años, principalmente las partituras, documentos personales, y parte de la biblioteca de la familia, me la dieron a resguardar. Estuvieron aquí en Monclova poco más de 25 años”, recuerda Juan Latapí.
Explicó que las partituras pertenecieron al abuelo de su abuelo que se llamó Aniceto Ortega.
“Algunos investigadores andaban tras la pista de estos documentos. De repente por casualidad un familiar le comentó a un investigador que se llama Samuel Máynez que yo tenía este acervo. Dieron conmigo y me preguntaron qué quería hacer con eso y les comenté que mi interés era donarlo, porque no tenía sentido que yo lo tuviera aquí”.
Explica que fue en ese momento que decidió acudir a la Ciudad de México, a la U.N.A.M. a la Biblioteca Nacional, para hacer el donativo del acervo que generó una enorme emoción, pues son documentos que ya se daban por perdidos.
Importancia
Estas partituras son importantes dentro de la historia de la música en México porque a él se le reconoce como el fundador del nacionalismo musical mexicano. Estamos hablando de los años 1850-1860.
“Además, de ser músico, él era médico conocido en aquel entonces, a raíz de la intervención francesa él compone la “Marcha Zaragoza” y “Marcha Republicana” entonces un día en el Teatro Nacional de la Ciudad de México él toca esas piezas ante la presencia de Benito Juárez y todo el gabinete y a partir de ahí deciden usar la “Marcha Zaragoza” en lugar del himno nacional”, explica.
Cabe señalar que el himno nacional que conocemos ahora se compuso por petición de Santa Anna, que eran el partido conservador y Juárez del partido liberal, entonces todo lo que tuviera que ver con Santa Anna se rechazaba por el partido liberal, por eso durante 15 años la “Marcha Zaragoza” se tocaba en lugar del Himno Nacional. Cuando Porfirio Díaz toma el poder, retoman el himno de Santa Anna, que hasta hace poco tenía estrofas que lo alababan.
El archivo del compositor Aniceto Ortega, fue donado hace una semana a la Biblioteca Nacional de México.
Aniceto Ortega compuso, además, la primera Ópera mexicana que se llama Guatemotzin, que es la historia de cómo Cuahutémoc defiende Tenochtitlan y Cortés lo captura y él le da el puñal para que lo mate. Esa ópera sólo se ha interpretado una sola vez, también con la presencia de Benito Juárez. En ese entonces era el músico de moda, sin embargo no era el único.
Continuidad
Juan Latapi explica que la ópera permanece inédita y esas partituras pasan de generación en generación. “Hasta que llegan a mis manos, se guardan y ahora ya están en la Biblioteca Nacional. En la ceremonia que se llevó a cabo hace 15 días, estuvieron presentes desde el rector y otras autoridades, quienes estuvieron muy agradecidos de que se compartiera ese acervo”.
Ahora los investigadores, además de que ya hay varia gente que está estudiando la obra musical de Aniceto Ortega, están preparándose para montar el próximo año la ópera en la Ciudad de México.
“De hecho el año pasado, el Día del Médico, me parece, se realizó un concierto donde estuvo presente el rector, Secretario de Salud, y la Academia Médica”, agregó Latapí Ortega.
Partituras, correspondencia y fotografías
Latapí conserva algunas copias de partituras duplicadas, entre ellas la Marcha de Zaragoza, también una pequeña fotografía que resguarda el recuerdo de cómo era Aniceto Ortega.
También entre lo que se donó, además de las partituras están documentos personales de él incluyendo su diario. Ancieto Ortega, allá por el año 1850 se fue a especializar a Europa como Médico, y aprovechó para entrar en contacto con los músicos de la época. Entre ellos Fraz Liszt, con quien se enviaba correspondencia. Hay documentos del diario de ese viaje, que también se donó, así como correspondencia: cartas familiares, cosas médicas.
“Se donaron fotografías familiares de esa época, todavía los negativos en vidrio. Todas esas cosas con el paso del tiempo van adquiriendo cierto valor, hubo personas que me dijeron que podía venderlo. Pero nosotros como familia decidimos no hacerlo, ya que a nosotros nos enseñaron que eso hay que compartirlo con la gente a quien le interesa”, precisó.
Al finalizar Juan Latapí comentó que aún hay algunos objetos que están pendientes por enviar, y que la Biblioteca Nacional de México ya está al tanto de la existencia de estos objetos. Latapí conserva algunas copias de partituras duplicadas, entre ellas la Marcha de Zaragoza, también una pequeña fotografía que resguarda el recuerdo de cómo era Aniceto Ortega.