Por: Mónica Meza
Como si nada pasara, así disfruta la vida Dulce Belén Rodríguez Soria a quien desde julio del 2018 le han dicho que le quedan solo 3 meses de vida debido a un extraño cáncer que a diario crece pero es una mujer de fe que cree en los milagros, por lo que se mantiene con actitud positiva.
“Tengo tres hijos unos de 10, 8 y 5 años, tengo una mamá devastada, un papá frustrado por todo lo que me pasa, pero también un ejército de personas que están creyendo en mí, incluyendo a mis padres que me están apoyando gracias a Dios, la gente todos los días me dan un mensaje, me dan esperanza, mi única obligación es levantarme y darle trancazos a la vida”, comentó.
“Aquí estoy dándole trancazos a la vida”, comentó.
El tumor debería tener 5 años, pero tiene alrededor de 6 meses que se hizo un chequeo general por una situación de violencia intrafamiliar, ahí no salió nada.
El tipo de cáncer que valoran es muy agresivo, es muy raro porque avanza al 200% día a día, oncólogos de Monclova y Monterrey, además de un investigador de la UNAM, están valorando su caso.
“Ayer me pusieron una quimio pero para hoy el tumor ya está más grande que antier, mi caso es medio raro, además de quimio y radioterapia tomo una medicina alternativa, es un lavado de células madres, eso es lo que me mantiene de pie, con buen color, con cabello, no parezco enferma”, señaló.
Además menciona que la actitud de las personas ante las adversidades tiene mucho que ver, dicen que las cosas dejadas a Dios son mejores y ella está segura que su apariencia tiene es un poco de todo, quimios, radiación, mucho de las células que recibe en Tamaulipas y sobre todo la actitud.
“No es fácil, no voy a mentir, es muy difícil es una lucha contigo misma que cada día luchas con creencias, forma de pensar, forma de vivir, además de la gente que está alrededor, me he quebrado, me han dado diagnósticos muy fuertes, desde julio tenía tres meses de vida solamente, ahorita me dicen solo tienes tres meses y digo hay claro que no”, comentó.
Es un gran ejemplo de vida, pues realiza muchas actividades para salir delante de esta situación, hace rifas, realiza bingo, otra rifa y así sigue para costear los gastos de su enfermedad y no dejar desamparados a sus hijos mientras recibe el tratamiento.
Cuando va a Tamaulipas trabaja en un circo vendiendo palomitas o lo que sea de la tiendita, ahí gana unos cuantos pesos que le sirven para traslado o para el mismo tratamiento, además saca provecho a las naranjas de los árboles que hay en aquella ciudad, vende jugo de naranja en los cruceros y todo esto para mantenerse viva.