Por: Mónica Meza
Tiene más de un siglo de vida y su familia lo festejó a lo grande, a pesar de su edad Doña Anita lee la biblia, alaba a Dios y a diario ruega por gobernantes, empresarios, por la humanidad y la paz del mundo.
Es impresionante la salud de la que goza Ana María Gaytán Martínez quien el pasado sábado celebró 104 años de edad reunida con su familia, hijos, nietos, bisnietos y tataranietos además de algunas amistades que la conocen en el Ejido La Cruz de Frontera Coahuila.
Anita siempre ha sido de bonito carácter, tierna y cariñosa.
En cada una de las bellas arrugas se reflejan los años y las experiencias, es una ancianita que aún se mantiene de pie aunque con ayuda de terceras personas, es de cabello corto y tiene muy pocas canas.
No pierde el sentido del humor y su conocimiento pues a pesar de su edad sigue identificando a cada uno de los que integran su familia.
Con música en vivo, comida y pastel, así celebró su cumpleaños, pidiéndole a Dios salud para seguir disfrutando de lo que ella llama una hermosa vida.
A diario pide por gobernantes y empresarios, por la paz del mundo.
Y es que su familia está más que convencida de que la edad se mide por el estado de ánimo, Doña Anita siempre ha sido de bonito carácter, tierna y cariñosa, su familia dice que eso, aunado a su alimentación y pocos enojos, le han permitido alcanzar esta edad a la que muy pocas personas tienen el privilegio de llegar.
Una tacita de café es lo único que nunca le debe faltar a la abuelita, siempre acude a la iglesia cristiana desde hace 30 años, su presencia no puede faltar para escuchar la palabra de Dios, aún sigue leyendo la biblia y en ocasiones le pide a una de sus hijas que se la lea.
Se casó con Clemente Nájera quien fuera el único y gran amor de su vida, él murió hace 9 años a la edad de 109 años, el matrimonio que conformaron es uno de los primeros pobladores del ejido, juntos procrearon a 6 hijos.
Josefina, María del Socorro, Juan Antonio y Francisco Gaytán y dos más que murieron al nacer, todos ellos son sus hijos que llegaron al mundo gracias a la labor de una partera, como se usaba en aquellos años.
Su esposo era campesino, ella siempre fue ama de casa, de las que preparaban los alimentos de la cosecha que su esposo obtenía en el campo, el matrimonio creaban animales como gallinas, cerdos, guajolotes y de más, su esposo le llevaba frijol, maíz, entre otros alimentos para sus hijos.
“Recuerdo cuando mi bisabuela preparaba de comer, hacía unos frijolitos refritos bien ricos, con sus tortillas de nixtamal, una salsita molcajeteada, tenía un buen sazón y mientras lo hacía sonaba en la radio canciones como La Coronela porque mi bisabuelo las ponía”, señaló Elena Vega su bisnieta.
Durante muchos años Anita iba a Espinazo a vender quiote en el tren, además a edad adulta aprendió a leer y escribir, logró brindar una maravillosa educación a sus cuatro hijos a quienes influenció para que fueran personas de grande corazón.
Actualmente Anita tiene 11 nietos, 15 bisnietos y 8 tataranietos, quienes la aman y agradecen a Dios por tener a la que ellos consideran la mejor de las abuelas.
María del Socorro, una de sus hijas es quien a diario la cuida, le prepara alimentos, la baña, la cambia, no es una tarea fácil, se requiere de mucha paciencia, pero sobre todo amor, cariño y comprensión.
“La quiero mucho, no sé qué haría si me llegará a faltar, pido a Dios que me la cuide y me la dejé más tiempo”, señaló su hija a punto de derramar las lágrimas, feliz por celebrar un cumpleaños más de su madre.
Los bisnietos se sienten afortunados de tenerla.
Los estragos del huracán Alex que afectó al ejido hace 9 años, la dejó sin recuerdos físicos como fotografías de su esposo, de sus hijos, algunas cartas, pero lo que el fenómeno natural no pudo llevarse son esos recuerdos que guarda en la memoria.
“Me da mucho gusto poder celebrar su cumpleaños, me sorprende que llegue a esta edad y soy muy afortunada de ser su bisnieta, no todos tienen esa dicha, mis hijos también tiene las dicha de conocer a su tatarabuela”, comentó Rosalinda Sánchez.
Para los integrantes de la familia los mejores años han sido a lado de Doña Anita y es que ella es feliz, los seguirá siendo y de eso se encargarán cada uno de ellos que a diario contemplan su rostro envejecido, su bella sonrisa, así como sus ocurrencias.
¿Dónde está mi bolsita? preguntaba la abuelita a una de sus hijas, esto mientras era entrevistado, pues ahí guardó los billetes que le regalaron al festejar sus 104 años de edad.