Lucía Guerra y la guitarra clásica, presentes en el Museo Coahuila y Texas

La monclovense radicada en Italia utilizó distintas herramientas retóricas para fabricar un discurso musical preciso y contrastante.

Por: ERICK ALBA

La presentación en Monclova de la Guitarrista Lucía Guerra, el martes anterior en el Museo Coahuila y Texas, resultó en una curaduría novedosa en cuanto a la selección de autores, resaltando el reposicionamiento de compositoras femeninas, así como en la divulgación de una corriente guitarrística que, en lo interpretativo, pondera el control del tiempo y del volumen del sonido por sobre los aspavientos técnicos en los dedos, en aras de una mejor dicción musical.

La instrumentista originaria de Monclova pero radicada en Italia como parte de su proceso educativo sobre la guitarra clásica, expuso la obra de autores que son conocidos en su lugar de aprendizaje pero poco recurridos en esta región del mundo, tal es el caso de Lorenzo Petrizzo y sus Tres Pequeñas Piezas Marítimas.


En ellas, el joven compositor (Pontedera, 1997) manifiesta la intención de representar más que narrar: es la imagen de naufragios constantes en las costas italianas y que son llevados al escenario a través de juegos percusivos sobre la madera del instrumento, pasajes elaborados con armónicos en lugar de notas reales, y desarrollos temáticos que, sin separarse del sistema armónico, fabrica una armonía más compleja que la tradicional para evocar situaciones, momentos y sensaciones, y que Lucía Guerra supo explotar por medio de una digitación sumamente clara.

En ese sentido, el de la técnica de la guitarrista monclovense, se debe subrayar que fue en esa obra, la tercera del programa, en la que Guerra pareció dominar por completo las difíciles condiciones acústicas de la Sala 6 del Museo anfitrión, recurriendo con éxito a una agógica calma (referente a la velocidad con que se ejecuta la obra musical), asociando ese recurso al de la dinámica también adusta (es el volumen que se aplica a un sonido).

La utilización de esas herramientas interpretativas dieron a Lucía Guerra la posibilidad de establecer un sistema comunicativo eficaz y eficiente con el público reunido en la sala, e incluso dio pequeños contextos sobre cada una de las obras y autores para convertir su presentación en un recital didáctico, algo que es todavía necesario en el Centro de Coahuila ante la sequía de ofertas musicales de mayor nivel retórico.

Entre otros resultados benéficos que obtuvo esa estrategia interpretativa se encuentra el del contraste que ofreció la instrumentista, al poner sobre el escenario tres pequeñas piezas de Maria Linnemann, una interesante compositora nacida en Países Bajos pero criada en Inglaterra, antes de tomar influencias creativas germánicas y que dieron como resultado la Chanson du Montmarte, una pequeña balada de estilo medieval galo y que Lucía Guerra representó con un sonido categórico en las voces extremas del contrapunto, mientras que las voces internas mostraban una dinámica más reducida.

Esa técnica que exhibe un buen grado de depuración por parte de la monclovense, es ahora común en países como España e Italia, e incluso recuerda el trabajo realizado en ese sentido por uno de los profesores de Lucía Guerra, Giampaolo Bandini, quien aplica ya ese estilo al repertorio latinoamericano, como lo constatamos en su más reciente visita a México, en el Teatro Obrero de la ciudad de Zamora, en Michoacán, en donde junto al bandoneonista Cesare Chiacchiaretta, ofreció un concierto memorable sobre el tango argentino.

Sin adentrarnos en otras obras presentadas por Lucía Guerra durante la noche del martes, concluimos entonces que su propuesta musical fue atractiva desde lo artístico y necesaria desde lo social. Fue también un reto para los organizadores del Ayuntamiento de Monclova, quienes previeron una asistencia mucho menor a la que realmente se logró, y cuyo efecto fue el impedimento para ingresar a cierto número de asistentes cuando la sala estaba ya abarrotada.

Asimismo, la presencia de Lucía Guerra en el Museo Coahuila y Texas establece la necesidad de la regularidad en este tipo de ofertas artísticas hacia la ciudadanía, pues el interés del público quedó constatado, lo que a su vez representa la urgencia de dotar a esa misma ciudadanía de mayores herramientas para la comprensión del discurso musical cuando se refiere a estilos, regiones y épocas distintas.

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