La salud de Doña Juanita se deteriora tras tragedia familiar

Doña Juanita, de 90 años, está muy afectada tras presenciar el fallecimiento de su hija; su salud emocional y física se deterioró severamente.

Por: Carolina Salomón

Juanita Diamantina Piña, de 90 años de edad, se encuentra en sus últimas horas de vida. No por una enfermedad, sino por el profundo dolor que le dejó presenciar el brutal asesinato de su hija Leticia Aguilar, apuñalada por su ex pareja sentimental, Cirilo de la Cruz, quien posteriormente se quitó la vida.

La escena, ocurrida a plena luz del día el pasado 23 de mayo, afuera del Banco del Bienestar, en la calle De La Fuente, dejó una huella imborrable en el alma de doña Juanita.

Días después de haber presenciado el feminicidio de su hija, comenzó con depresión, dejó de hablar, luego se negó a comer y beber, y finalmente su cuerpo comenzó a rendirse poco a poco.

Tras permanecer hospitalizada durante cinco días en el Hospital Amparo Pape de Benavides, fue dada de alta este sábado, pero no por mejoría, sino por indicación médica de que ya no hay nada más que hacer. Los doctores fueron claros con la familia: la señora está desahuciada, podría partir en cualquier momento.

 "Ya no necesita médicos, ni enfermeras, ya solo esperamos el momento de su partida", expresó con tristeza su nuera, Rita López, quien junto a su esposo, y Juan Manuel —el hijo menor de doña Juanita—, no se han separado de su lado.

Han pasado ya tres días sin poder regresar a su hogar, sin dormir ni bañarse, todo por acompañar a la mujer que yace en una cama, cubierta por una sábana blanca, con la piel morada, la boca seca y sin fuerzas.

Juan Manuel le acaricia el rostro, le habla al oído y le besa la frente. Es el último lazo de amor que mantiene con vida a doña Juanita, aunque todos saben que solo son cuestión de horas o días.

La familia ha comenzado a prepararse para lo inevitable. No cuentan con recursos para cubrir los gastos funerarios, que podrían ascender a más de 14 mil pesos.

No tienen cuenta bancaria para recibir donativos, por lo que, quien desee ayudar, puede hacerlo directamente en su domicilio, ubicado en la calle Matamoros número 1105, en la colonia El Pueblo.

Doña Juanita no tenía ninguna enfermedad crónica. Su salud se quebró tras ver con sus propios ojos cómo asesinaban a su hija. Su caída física comenzó poco después de ese trágico día. Ya arrastraba molestias en la columna tras una caída previa, pero fue el dolor emocional el que realmente la venció.

Una tragedia que no solo cobró la vida de una mujer, sino que está por llevarse también a su madre. Porque hay dolores, que literalmente, matan.

Salir de la versión móvil