Lectura dominical para repasar un poco de la historia de México.
Por: Yolo Camotes
Verdades a medias y mentiras completas, rodean el mito de lo que hoy es la Revolución Mexicana, un movimiento armado contra la dictadura y la búsqueda de libertad social.
Analizando los hechos con la “lupa” de la historia, podemos afirmar que no todo lo que nos cuentan los libros de la escuela fue verdad.
A continuación, te presento algunos de los mitos identificados por un servidor y documentados por verdaderos historiadores.
UN PLAN MUY PECULIAR
Así podríamos llamar al Plan de San Luis; el único plan político en la historia de México donde el líder del movimiento notifica a su enemigo la fecha exacta, con todo y hora, en que el pueblo deber tomar las armas.
En el Plan de San Luis firmado por Francisco I. Madero señala que los mexicanos deben tomar las armas el domingo 20 de noviembre a partir de las 6 de la tarde.
Aunque circuló con fecha del 5 de octubre, lo cierto es que Madero lo concluyó en San Antonio, Texas a finales del mes de octubre de 1910, esto para evitar conflictos con las autoridades estadounidenses.
FRANCISCO VILLA ¿BANDIDO O LUCHADOR SOCIAL?
Villa provocaba la fascinación de propios y extraños, en su figura se funden, realidad y leyenda, desde un Robin Hood a la mexicana, hasta bárbaro incontenible tipo Gengis Kan, ambos con la estrategia al nivel de Napoleón Bonaparte.
El “Centauro del Norte” para unos, el “quinto jinete del apocalipsis” para otros, el caso es que su revolución fue más allá del bandolerismo, aunque inculto, (aprendió a leer muy tarde), en un hombre simple, que conocía bien las miserias de la gente del campo.
Creía en el poder redentor de la educación, fue leal con sus hombres y bien o mal, actuó acorde con sus ideales; aunque también derramó mucha sangre, sin el menor remordimiento.
¿INDALECIO O IGNACIO?
Existe la creencia equivocada que la “I.” de Francisco I. Madero, corresponden a Indalecio, hoy no queda lugar a dudas, la I. es de Ignacio.
Lo anterior lo aclara su fe de bautismo y el acta de nacimiento, incluso uno de sus hermanos así lo señaló años después de su muerte.
Además, sus padres eran muy devotos de San Francisco de Asís y San Ignacio de Loyola.
ZAPATA ¿UN POBRE CAMPESINO?
Aunque la historia oficial ha presentado Emiliano Zapata como un pobre y sencillo campesino que se levantó en armas, lo cierto es que era un pequeño propietario, dueño de un pedazo de tierra para cultivar.
Tenía sus buenos caballos e incluso en una ocasión los ingresos que ganó por una cosecha de sandías, los empleó para comprarse una botonadura de plata para su traje de charro. Le gustaba la comedia francesa y el buen Coñac.
EL MITO DE LA REVOLUCIÓN
Siempre se dijo que el pueblo mexicano como un solo hombre, se levantó en armas contra Porfirio Díaz y posteriormente contra Victoriano Huerta.
Hay que decir que esta afirmación es falsa, la Revolución Mexicana fue la suma de distintas rebeliones, muchas de las cuales respondían a motivaciones particulares y regionales, además el periodo más violento de la Revolución Mexicana no fue enfrentando a Diaz o Huerta, sino a los revolucionarios que se enfrentaron entre sí, en una lucha encarnizada por el poder.
Los supuestos héroes que se decían y que lucharon juntos y unidos, terminaron asesinándose unos a otros, así Carranza mandó matar a Zapata, Obregón y Calles a Carranza y Villa, se dice que Calles mandó matar a Obregón y Calles fue expulsado por Cárdenas.
¿UN MILLÓN DE MUERTOS?
Se tienen la creencia de que la Revolución Mexicana tuvo un saldo de un millón de vidas, el dato no es del todo correcto, el movimiento armado provocó un millón de víctimas, entre muertos, heridos, desaparecidos y desplazados.
De esta cifra 500 mil muertos fueron provocados por la epidemia de influenza de 1918, la hambruna y otras enfermedades y no por combates.
Los hombres que murieron en los campos de batalla no llegaron a ser más de 100 mil
¿UNA CONSTITUCIÓN PARA TODOS LOS MEXICANOS?
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Aunque se dice que la Constitución de 1917 fue un verdadero “pacto social” que consagró los ideales de la revolución para todos los mexicanos, lo cierto es que fue absolutamente carrancistas, sin incluir a nadie más.
Fue hecha por los vencedores, con su inmensa “generosidad” el propio Venustiano señaló: “hemos logrado triunfar en la lucha, pero no nos satisface esto únicamente, no queremos ser felices solos, si no hacer partícipes a todos de nuestra misma felicidad”.
Sin embargo, había un grupo que no merecía esa felicidad y esa era para él, la terrible reacción. A sus ojos los reaccionarios no eran solamente las clases elevadas de toda la república y los próceres del capital, ya en 1917 también lo eran todos los revolucionarios derrotados, villistas convencionistas y hasta los viejos maderistas que nunca lo apoyaron.
De la lucha zapatista, no tenía mejor opinión, él dijo que el zapatismo “no es reacción, ni es nada”. La Constitución que hoy se tiene en México, se discutió y aprobó sin la participación de los vencidos, pero eso sí, sobre sus restos.
¿PRESIDENTE ESPIRITISTA?
Francisco I. Madero adoptó con férrea convicción la doctrina espiritista desde 1891, a pesar de que es más conocido por su vida política, dejó una vasta obra sobre espiritismo, varios cuadernos con comunicaciones espiritistas, artículos publicados en periódicos como La Cruz Astral, que el mismo fundó, y que firmaba con los seudónimos de Arjuna y Bhima, ponencias que presentó en los congresos espiritistas de 1906 y 1908.
Comentarios “bhagavad gita”, una de las grandes obras de la filosofía hindú, que firmó como un adepto y finalmente un manual espiritista que circuló cuando era Presidente de México, pero bajo el seudónimo de Bhima.
TIEMPO DEL CAOS
De 1911 a 1940, la República tuvo 16 presidentes, 4 fueron restos del naufragio porfiriano, los demás surgieron de los campos de la revolución, ninguno pudo gobernar en condiciones normales.
Por momentos, poder y muerte fueron sinónimos, una revuelta anunciaba la siguiente, a una traición le seguía a otra aún más sofisticada, el viejo refrán se hizo ley, “quien a hierro mata, a hierro muere”.
Los porfiristas dejaron el poder añorando la mano dura del dictador, los revolucionarios fueron incapaces de cerrar la caja de pandora y paulatinamente regresaron a las viejas formas de simulación y control porfirianas, creando un sistema antidemocrático mucho peor que el que derrocaron, creando la dictadura perfecta y alejándose de los principios fundamentales del movimiento iniciado en 1910 por Francisco I. Madero.
EPÍLOGO: LA DICTADURA PERFECTA
Por más de 70 años, México vivió esa “dictadura perfecta”, legado de la Revolución Mexicana; una especie de híbrido socialista, pero eso sí muy capitalista, que fue amo y señor del país y de la cual todo el mundo se quejaba, pero nadie hacia nada y los que lo intentaban simplemente desaparecían.
Cuando por fin se tuvo la oportunidad de deshacerse por siempre del sistema sin emplear una sola bala, se vivieron 12 años de esperanza, pero de inexperiencia y en muchos casos de la misma o mayor corrupción que la dictadura perfecta.
Aunque debe reconocerse que esos 12 años fueron de relativa estabilidad macroeconómica, desafortunadamente la falta de memoria colectiva histórica de México se hizo presente, volviendo en 2012 ese sistema de la dictadura perfecta, como aquel que vuelve con un cónyuge golpeador, aun cuando la experiencia en la historia ampliamente había registrado las nefastas consecuencias de volver a ese sistema, del cual siempre se apoyó en la ignorancia y la pobreza para perpetuarse en el poder.
Las cifras no mienten, en las elecciones del 2012, 40 por ciento de los jóvenes de 18 a 24 años con estudios universitarios de licenciatura superior, votaron por el entonces candidato Manuel López Obrador, sin embargo, los jóvenes universitarios representaban tan sólo el 5% del padrón electoral.
En el 2012, ganó la baja educación de la población, pues la votación por Enrique Peña Nieto, abanderado de la coalición “Compromiso por México”, provino de personas con nivel bachillerato o inferior, con un 35%, superando hasta en un 22% a las personas que votaron por López Obrador del mismo nivel escolar.
Las elecciones federales son de mucho conocimiento, de estar en internet y las redes sociales, pero es algo que aún muchas comunidades no tienen y no forman parte de este círculo de gente privilegiada con más acceso a la información.
Es esa parte de la población, la que tiene escaso acceso a la verdad, la que es más vulnerable a las promesas utópicas de los distintos colores partidistas, los que votaron en aquel entonces por el regreso de la dictadura perfecta, tienen hoy ya entre 24 y 30 años de edad, donde la madurez y algo de experiencia son guías sólidas para la toma de cualquier decisión.
Ellos son los que deciden el nuevo rumbo de México, acorde a sus mejores intereses y gustos. Y aunque quizá a algunos no les agrade la filiación política de otros, ello será siempre una alternancia mejor que a un nuevo conflicto armado que trajo el país el atraso por muchos lustros.
No debemos olvidar que la violencia siempre engendra violencia; la historia nos advierte contraponer nuestro destino en un solo partido o personaje político, en cambio sí nos recuerda, que debemos buscar el crecimiento personal interno como única posibilidad de tener en verdad … una vida mejor.