Por: Staff / La Voz
Niños y jóvenes que imitan la matanza acontecida en Monterrey buscan generar auto importancia sin pensar que sus actos pueden salirse de control y llegar a fatales consecuencias.
Según especialistas en psicología que trabajan con niños y adolescentes con trastornos disóciales aseguran que el lanzar una amenaza de muerte en un plantel debe de considerarse si el alumno tiene problemas de conducta en su expediente, pues ellos podrían atacar en cualquier momento.
El trastorno disocial se caracteriza por la presencia de comportamientos agresivos como amenazas, intimidaciones, provocación de peleas, utilización de armas, crueldad física con personas o animales, robos con enfrentamiento e intimidación, violencia sexual y violación grave de las normas establecidas.
El origen de este padecimiento demuestra comportamientos menos graves pero fáciles de persuadir como las mentiras, los robos en tiendas, peleas físicas y posteriormente aumentan hasta llegar al grado de los asaltos a mano armada incluso violaciones.
Santos Guerrero García psicóloga del módulo del adolescente mencionó que tras el acontecimiento en la Sultana del Norte los jóvenes se encuentran perturbados emocionalmente y los que tienen conflictos psicológicos se ven más atraídos a imitar este tipo de acciones sin medir sus consecuencias.
En efecto, pueden ocasionar daño a las personas que están a su alrededor, pues la especialista aclaró que “algunas personas piensan y otras actúan” , aclaró que el sociópata actúa.
El trastorno disocial puede registrarse en los niños de 8 años en adelante, pero de no atenderse al llegar a la edad adulta (de 16 años en adelante) los jóvenes pueden convertirse en antisociales, y con el paso del tiempo pueden realizar acciones más violentas o convertirse en delincuentes, homicidas o narcotraficantes.
FALTA DE ATENCIÓN DE papás
Hoy en día la vida laboral o social de los papás a quien le dedican gran parte del día, hace que los niños y jóvenes quieran llamar su atención a toda costa.
“Ya basta” dijo la psicóloga al argumentar “son nuestros hijos, ya si no nos pueden ellos entonces ¿quien nos puede?”.
Dijo que se necesita que el papá y la mamá estén atentos a la educación de sus hijos al igual que a su desarrollo.
Reprobó que algunos de ellos rechacen la operación mochila pues aseguró que los que se niegan a eso tienen un pobre juicio o que no están midiendo consecuencias.
“Que puede tener la mochila de mi hijo que me avergüence, los padres deben de atender a sus hijos”.
Declaró finalmente que ante los problemas psicológicos o trastornos disociales siempre puede cambiarse, pues el ser humano tiende al cambio y a la superación por ello hay especialistas