Se quedó sin casa y sin esposa; la travesía por el sueño americano lo dejó solo y en la ruina
Por: Azucena Tenorio
“Estábamos más muertos que vivos, casi todos desmayados”, detalló Pedro Manzanares esposo de “Coyita” Clorinda Alarcón, nicaragüenses a los que junto a más de 200 migrantes dejaron abandonados en Monclova.
Pedro es originario Nicaragua donde contactó a un “coyote” para iniciar la travesía en busca del “sueño americano”, junto a su esposa Clorinda Alarcón de 33 semanas de gestación, su hija de 3 años de edad y su cuñado Saturnino Alarcón.
Recordó que abordaron el tráiler en la Ciudad de México y lamentablemente nunca se imaginaron vivir ese infierno. “Uno pone, pero Dios dispone”, ya que el trayecto por varios estados de México hasta llegar a Coahuila fue muy dura.
El nicaragüense explicó que la trayectoria en la Ciudad México duró 26 horas y les faltaba poco, no comieron ni bebieron nada en dos días, padecían de dolores de estómago y por eso algunos migrantes estaban débiles.
“Mi niña no aguantaba, me decía “ay papito no aguanto la barriga”, me destrozaba el alma porque yo no podía darle nada porque todos íbamos en la misma. Lo que yo sufrí y lo que todos sufrimos no se lo deseo a nadie, mi niña que está viva por milagro de Dios, fue muy duro e inesperado”.
“En esa situación un trago de agua es como dar un pedazo de oro, es carísimo”. Manzanares relató los momentos de terror que vivió junto a su familia cuando se dieron cuenta que el chofer los había abandonado en el contenedor del tráiler.
Faltaban tres horas para llegar a su destino en Piedras Negras, pero el destino y personas inhumanas les jugaron una mala pasada, los coyotes y chofer de nombre Ponciano “N” decidieron abandonarlos a su suerte sobre una avenida al norte de Monclova, encerrados, hacinados y sin agua bajo temperatura de 35 grados centígrados.
“Se paraban en un supuestos retenes y nos decían que teníamos que aguantarnos, desactivaban el aire y no podíamos estar ahí sin respirar. Entonces vino lo duro, se estacionaron en un lugar que se llama Monclova, se orillaron y decidieron dejar la caja del tráiler, huyeron y nos dejaron cerrada la puerta de atrás”.
Manzanares comentó que decidieron abrir un hueco en el tráiler y que una persona fuera por ayuda “estábamos más muertos que vivos, casi todos desmayados”, por lo que rompieron parte de la puerta de la caja para que un “chavalo delgado” pudiera abrir.
“Si no nos hubiéramos ahogado toditos, gracias a Dios que está en todo, no podemos ni renegar porque hay que darle gracias a Dios por lo malo y por lo bueno, aunque uno esté destrozado porque no puedo ni hablar, he andado bien mal”.
Cuando estaban a punto de salir del tráiler, Manzanares asegura que la gente se desesperó por salir pasándole encima a Clorinda mejor conocida como “Coyita”, provocando la muerte del bebe en el vientre.
“Cuando abrieron la puerta se armó un relajo, la gente se amontonó y yo ya no la pude ver lamentablemente, eso es lo que más me pesa, porque yo la quería cubrir y hacerla un lado para que saliéramos pero no se pudo”.
Explicó que a él lo golpearon porque le cayeron encima muchas personas, el tráiler iba cargado de 400 personas aproximadamente. Después de la desesperación, un compañero le dijo que Coyita estaba prensada y esa fue la causa de su muerte, cuando la sacaron ella estaba casi asfixiada.
Les prometieron un “viaje seguro”
Señaló que conocían algunos riesgos del viaje, pero los coyotes les prometieron un viaje seguro.
“A uno le hablan maravillas, que no les va a faltar la comida, que vas a ir en bus o en taxi, que te van a mover en vehículos privados, pero a ellos solo les interesan los dólares, cuando uno toma la decisión no sabes que esto es un riesgo como el que pasamos”.
Mencionó que pagaron 4 mil 200 dólares por persona, entre los cinco fueron 25 mil dólares, dinero que obtuvo tras vender su casa y todo tenían para poder irse,” el dinero es lo que menos hay y lo que más cuesta conseguir”.
A las familias nicaragüenses que planean emprender ese viaje, Manzanares asegura que es mejor comer arroz y frijoles en su país.
“Primeramente que se encomienden a Dios, si quieren echar su vida en ese riesgo, yo le daría un consejo es mejor que estén comiendo arroz y frijoles aquí en nuestro país que salir ese gran riesgo, que no se vuelvan a montar en tráiler, es el peor riesgo que hay en México”.
En medio de las circunstancias, Pedro Manzanares pidió a la Embajada de Estados Unidos en Managua que le concedan la visa americana para él y su hija.
“Que me apoyen a obtener la visa americana para poder trabajar y mantener a mi hija, hoy en día la vida está dura, soy de una familia pobre y necesito mantener a mi hija, yo solo quiero ir a trabajar”.