Petra Herrera; la mujer más valiente de Pacho Villa

Se hizo pasar por hombre para poder luchar, Pedro Herrera era conocido por su fiereza, aunque nunca la hicieron General.

Por: Yolo Camotes

Las leyendas contadas a través de los corridos revolucionarios, es el medio por el cual muchas personas han podido conocer personajes de esta importante etapa de la vida histórica del país.

Gracias a estas composiciones podemos tener un retrato más o menos fiel de los personajes que lucharon en ambos lados del conflicto.

Aunque quienes estaban del lado del gobierno de Porfirio Díaz no salieron bien parados, sin duda sus figuras fueron fundamentales dentro del conflicto armado.

Caso especial son las mujeres que participaron en esta lucha, quienes pasaron del anonimato de la cocina a un protagonismo heróico.

Personajes como “La Rielera”, “La Adelita”, plasman el coraje y el romance que algunas de estas mujeres infundían entre los guerrilleros dándoles una razón más para seguir luchando.

Entre tantas luminarias históricas, destacan figuras como la de Petra Herrera o Pedro Herrera como le conocieron sus compañeros dorados.

Si bien el papel de las mujeres durante el movimiento revolucionario fue sumamente importante, la mayoría del tiempo sus tareas se encaminaron en labores domésticas como cocinar, lavar y cuidar a los enfermos.

Esa no era una posición cómoda para muchas de ellas, que tenían el hambre de servir efectivamente en la guerra, dentro de la acción, en medio del polvo, la sangre, las balas, justo en la trinchera al lado de los cientos de hombres.

A sabiendas que muy pocas mujeres podían entrar a las filas de Pancho Villa,  una joven, Petra Herrera, tomó una de las decisiones más importantes de su vida: vestirse de hombre para poder luchar en las filas del caudillo y así volar puentes.

Con el paso del tiempo se ganó el respeto de sus compañeros, quienes lo conocían ya con el nombre de Pedro Herrera y confiaban plenamente en sus capacidades militares.

Para no ser descubierta y poder continuar con sus labores constantemente tenía que recurrir a mentiras que le permitían mantener oculta su verdadera identidad.

Por ejemplo, cuando otros hombres le preguntaban por qué a pesar de no rasurarse ni siquiera una vez a la semana, su rostro siempre parecía estar liso.

Herrera contestaba que se levantaba antes que todos para poder afeitarse sin problemas, luego de sentir confianza con sus compañeros y sabiendo que ellos le iban a seguir a como diera lugar, decidió confesar su verdadera identidad.

Aunque a nadie pareció importarle estar al mando de una mujer, el mismo Villa no sintió deseos de ascenderla al grado de General, grado que se había ganado gracias a su labor militar.

No es ningún secreto que a su paso por algunos poblados, los distintos ejércitos realizaban saqueos y secuestraron algunos jóvenes para ser vejadas por ellos mismos.

De hecho, se dice que cuando Pedro Herrera se encontró por primera vez en esa situación, por derecho, escogía una de las muchachas y se la llevaba para salvarla del abuso.

Sólo a quienes salvó de este terrible destino, conocieron su verdadera identidad mucho antes de sus compañeros.

Incluso muchas de estas mujeres pasaron a convertirse en soldaderas inspiradas por la figura de Petra quien formó un ejército con ellas, después de que Francisco Villa se negase a darle el cargo de General.

El ejército de soldaderas lideradas por Petra fue de gran ayuda en momentos decisivos de la Revolución.

Una de sus hazañas más conocidas fue la toma de Torreón en 1914, misma que debió su éxito al vasto conocimiento que estas combatientes instruidas por Herrera tenían acerca de armamentos y explosivos.

Algunos afirman que Petra murió en el cruce de fuego entre federales y revolucionarios en zacatecas, otros que llegó a formar su propia brigada de mujeres armadas y que ascendió en su punto máximo a 25 mil mujeres.

Al ser disuelto su grupo, ella se convirtió en espía, terminando como moza en una cantina en ciudad Juárez, Chihuahua.

Su nombre no aparece consignado dentro de la bibliografía de la toma de Zacatecas, sin embargo si existen testimonios de su actuación, como la del Mayor Luís García, donde narra en sus memorias de la toma de Zacatecas, donde una mujer “Petra Herrera” perteneciente a la brigada Zaragoza y con 20 mujeres, corrían por todas partes deteniéndose de tiempo en tiempo y disparando como verdaderos soldados profesionales.

Al ver esta clase de acciones, se llenó de valor a todos los combatientes, por eso los 20 de noviembre cuando se recuerde a Madero, Villa, Zapata o Carranza,  hagamos un espacio en nuestro pensamiento para agradecer a todas aquellas mujeres anónimas que como Petra dejaron todo para lanzarse a su destino.

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