Aurelio es el único bolero que acudió a trabajar pese al intenso frío de este lunes.
Por: carolina salomon
Aurelio Montañez, es el único bolero que continúa ofreciendo sus servicios en la plaza Alonso de León en medio del frío extremo que azota la región.
A sus 63 años, y con 48 años de experiencia en el oficio, Aurelio ha decidido no rendirse ante las adversidades climáticas.
A pesar de que alrededor de 14 personas solían compartir este espacio dedicándose a bolear zapatos y lavar vehículos, él es el único que ha optado por seguir trabajando, creando una cabina improvisada con plástico y lonas para atender a sus escasos clientes.
A diario, sale de la colonia Guerrero hacia el centro de la ciudad, enfrentándose al frío, aunque las condiciones actuales le permiten atender apenas tres o cuatro clientes al día, asegura que con ese dinero logra pasar el día.
En días soleados y agradables, puede llegar a atender entre 15 y 20 clientes, cobrando 30 pesos por boleada; sin embargo, en estas circunstancias, su labor se ve drásticamente reducida.
"Con el frío y la lluvia, trabajamos para nadie. No hay nada. Los días que están más o menos logramos salir adelante, pero cuando el tiempo no acompaña, es como si no trabajáramos", expresa con resignación.
Con un pasado marcado por un trágico accidente en el que perdió su ojo derecho mientras impermeabilizaba casas, se enfrenta a una dura realidad, a pesar de su experiencia y dedicación al oficio, no cuenta con pensión alguna.
Aurelio Montañez es un ejemplo de resiliencia en tiempos difíciles, y el único que trabaja como bolero en la plaza Alonso de León pese a las adversidades climáticas.