José Roberto y Rosember llegan a acuerdo económico tras años de disputa por propiedad familiar.
Por: Mónica Meza
Tras años de pleito por un predio, hermanos de la tercera edad logran acuerdo para poner fin al conflicto.
Luego de varios años de disputas familiares por un terreno heredado, dos hermanos de la tercera edad, José Roberto y Rosember, finalmente lograron llegar a un acuerdo económico para poner fin a un prolongado proceso judicial por daños.
El conflicto se originó a raíz de la repartición de una propiedad familiar. De acuerdo con los antecedentes del caso, el padre de ambos había distribuido el predio entre sus hijos, pero José Roberto no estuvo presente en el reparto. Los demás familiares se negaban a entregarle la escritura "porque ya lo conocían", lo que derivó en constantes enfrentamientos.
El 13 de julio, alrededor de las 11:00 de la mañana, José Roberto ingresó al terreno de su hermano Rosember, donde presuntamente rompió un gallinero, dañó algunas plantas y derribó árboles, lo que generó un perjuicio valuado en 68 mil pesos. Rosember presentó una denuncia por los daños ocasionados.
Durante la audiencia, la víctima se negó inicialmente a aceptar el pago en parcialidades, argumentando que el daño fue causado en un solo momento y que su hermano continuaba molestándolo, incluso intentando vender la propiedad en disputa.
El juez explicó que el tema de la propiedad era un asunto civil y no penal, por lo que solo se abocaría a resolver el delito de daños. Además, aclaró que, debido a la edad del acusado y a la naturaleza del delito, no procedía la prisíon, y que de no llegar a un acuerdo, el caso avanzaría a juicio oral, con el riesgo de que, si era declarado inocente, no se pagara ningún monto.
Ante ello, la defensa de José Roberto propuso un acuerdo de reparación del daño por la cantidad total de 68 mil pesos, con un pago inicial de 5 mil pesos y el resto a cubrirse en 36 mensualidades de mil 757 pesos durante tres años. También se estableció como condición que el acusado no vuelva a molestar a su hermano ni interfiera con su propiedad.
Finalmente, Rosember aceptó el convenio, dando por concluido un largo proceso que enfrentó a los hermanos durante años por un pedazo de tierra que, paradójicamente, los separó más que unirlos.