Por: Vanguardia Agencia
El 20 de enero del año 2017, la familia Cortés Luna formó un lazo de esperanza en cada uno de sus integrantes, la ilusión compartida es ver de nuevo a Berenice, la más pequeña de siete hermanos que este 2020 cumple 3 años desaparecida.
Siempre se supo que la joven monclovense de 15 años de edad llevaba una vida rápida, había formado una familia con un hombre que le doblaba su edad, no obstante, a que era adicto al cristal y otras drogas.
Jorge Martínez Cruz es con quien Berenice inició una relación a los 13 años, e inmersa en la aventura y el romance —siempre mal visto por sus padres—, se fue a vivir con él.
La decisión la tomó porque su familia interpuso una orden de restricción para que Jorge no se le acercara. La medida resultó mal, ya que la pareja se vino a Saltillo. En 2016 regresó a Monclova, con Berenice embarazada y la convivencia con familia se dio forzada.
“Algo pasó con mi hija, algo le hicieron y Jorge tuvo que ver con ello, o él sabe”, subrayó el papá.
Jorge y Berenice vivían en la colonia Elsa Hernández, junto a Julia, madre de Jorge, al poco tiempo, llegó a la familia el pequeño Jorge Alberto.
Berenice soportó golpes, gritos y humillaciones de su cónyuge cuando estaba bajo los influjos del alcohol y las drogas.
Luego la joven comenzó una adicción que agudizó la violencia en la pareja, al borde de que hubiera amenazas con armas blancas de por medio.
Cansada de la situación, Bere contó su situación a sus cuatro hermanas y les dijo que había tomado la decisión de terminar la relación.
Ellas la apoyaron y ese 20 de enero de 2017 dejó encargado a su hijo de ocho meses de edad con su familia, para ir a poner fin a la relación.
“Decidió comenzar una nueva vida, pero nosotros no sabíamos que sería el día que la veríamos por última vez”, dijo Verónica Luna, su madre.
LA VIOLENCIA SIEMPRE PRESENTE
El bebé de Berenice cumplirá sus primeros cuatro años el mes de marzo.
Al llegar a casa de Jorge comenzaron a discutir y las agresiones subieron de tono.
Ambos salieron a empujones y estrujones a la calle, por lo que una de las vecinas le cuestionó si requería ayuda.
Al contestar que sí, fue cuestión de minutos para que una unidad de la Policía Municipal llegara al sitio y se llevara preso a Jorge.
No pasaron un par de horas, cuando la madre del agresor acudió a los separos y pagó la multa para dejarlo en libertad.
Julia, la madre de Jorge, informó a la familia Cortés Luna que cuando regresaron de la Dirección de Seguridad Pública, Bere aún se encontraba en la casa, incluso había terminado de bañarse, que luego se despidieron de ella y salieron.
Se les vio por última vez discutiendo nuevamente en una plaza pública de la misma colonia, donde con videos de cámaras de vigilancia de viviendas se captó a ambos pelear.
La familia se mantenía unida hasta que les cambió la vida hasta que Berenice conoció a Jorge y luego sobrevino su desaparición.
POCO AVANCE E INTERÉS, DICE HERMANA
Judá Cortés, hermana mayor de la desaparecida, narró que desde que su madre Verónica Luna interpuso la denuncia por desaparición, se ha hecho poco por encontrar a su hermana por investigar a las personas con las que tenía un vínculo, cosa contraria sería si Bere o su familia fueran personajes reconocidos: “Solo así actúa el Gobierno para dar con los responsables de este tipo de delitos”, dijo la joven.
Su familia exige resultados para dar con el paradero de la joven.
“Es una situación muy dolorosa para nosotros, porque no somos una familia que tuviera anteriormente una situación como esta. Que estuviéramos acostumbrado a situaciones violentas, a ser problemáticos. Ha habido muy malos manejos por parte de las autoridades desde un principio de la investigación”, dijo Juan Antonio Cortés, padre de familia.
Autoridades me dijeron que dejara de buscarla’
“Yo fui a buscar a mi hija, agoté mis recursos todos los días que pude ir a buscarla, hasta que vi que lo único que estaba haciendo era poner en el ojo del huracán a mis demás hijos al andar haciendo ruido, porque las mismas autoridades me dijeron que dejara de buscarla.
“Tuve una cercanía ahí con lo que en aquel tiempo eran los GATES, me trataron de amedrentar, finalmente desistí porque vi el peligro cerca de mi familia”, narró el padre.
En lo personal, dijo que su relación con su hija era excelente, ella la más pequeña siempre estuvo apegada a él.
“La recuerdo con mucho cariño, pero con mucho dolor, no hay Navidad que podamos estar alegres porque nos falta ella, no terminamos de estar completos, a todos nos duele”, dijo.
Desesperados se encuentran en la familia por encontrar a la chica.
En ocasiones la familia evade el tema, sin embargo, siempre el punto es comentar algo de lo más sonriente y alegre de los Cortés Luna.
José mencionó que, aunque la esperanza muere al final, a como era su hija, si se encontrara con vida ya hubiera buscado la forma de comunicarse con sus hermanas, con él o su madre.
“Algo pasó con mi hija, algo le hicieron y Jorge (su novio) tuvo que ver con ello, o él sabe. Ese mismo día hay testigos de que él la estaba maltratando y ese mismo día desapareció”, dijo su padre.