Un problema en la próstata además de una hernia, estar en esta situación lo ha llevado a pensar en lo peor.
Por: Mónica Meza
Santos Juárez Chávez es un hombre de 78 años de edad que se encuentra postrado en una cama desde hace varios años a consecuencia de un problema en la próstata además de una hernia, estar en esta situación lo ha llevado a pensar en lo peor.
Desde muy pequeño llegó a Monclova, actualmente vive en la colonia Las Moritas, es originario de Torreón, toda su vida mató ganado en los rastros de la Región Centro, “Yo soy el matancero, bueno era, ya no, ya no sirvo pa´ nada, ahora nomas me la paso aquí”, comentó mientras sus ojos se cristalizaban al recordar esa etapa de su vida.
Recientemente le hicieron una operación en la vejiga, el doctor le explicó que es como un callo que obstruye la orina, algo muy peligroso porque se puede intoxicar, por eso trae sonda urinaria, no se puede mover ni siquiera para ir al baño, tampoco puede acostarse de lado, simplemente está boca arriba pero además tiene asma bronquial y una constante tos no lo deja en paz, él siente que se ahoga.
Tiene dos pequeños abanicos con los que mitiga el calor por lo menos en su rostro y que también le espantan los mosquitos durante la noche, el resto de su cuerpo presenta marcas de piquetes de zancudos.
“Aquí no hay ni agua, unos con otros nos pedimos una tinita y así nos la llevamos, los zancudos ahorita están amarrados pero en la noche se sueltan”, comenta Santos Juárez y se carcajea, dijo que así se pasa los días, burlándose de sí mismo y de su situación.
Su esposa murió hace aproximadamente tres meses, Santos Juárez estuvo mucho tiempo internado en el hospital Amparo Pape de Benavides y cuando salió se enteró que su esposa María Inocencia había muerto, desde entonces una de sus hijas que vive más adelante es quien le lleva a diario el taquito.
En ratos, Santos piensa lo peor, “¿Qué más puede hacer uno?, cállese la boca, sufrir así, pero es lo que Dios quiera, el Todo Poderoso de nosotros, que más puede hacer uno si cuando uno está bueno y sano ni nos acordamos de él, nomás nos enfermamos y ahí estamos diciendo ¡Ay mi Dios!”, comentó.
Él necesita pañales talla grande, además de medicamento para dolor y ampicilina para la infección, últimamente ha salido bien de la presión y la diabetes.