Por: Gerardo Martínez
Ex trabajador de seguridad del IMSS, denunció los actos de extorsión que realiza la empresa en contra de los derechohabientes además de que a funerarias se les pide una “cuota” para beneficiarlas.
Después de ser despedido por no acceder a participar en la red de extorsiones que mantienen los guardias del Seguro Social, Jorge Herrera denunció los actos que realizan por instrucción de la Supervisora en Monclova de la empresa SIEL, Esmeralda Carrillo.
Informó que es una red de extorsión, la que se extiende en todas las clínicas de la localidad y quienes no acceden, los da de baja, por lo que en los últimos meses son varias las personas que han salido de la empresa, sin que se les pague finiquito.
Comentó que durante cuatro meses laboró en la empresa de seguridad, donde se le exigía que cobrara a los derechohabientes, por ingresar al estacionamiento de Ginecología, desde 30 a 100 pesos dependiendo el horario y el tiempo que permanecía estacionado al interior del nosocomio.
Señaló que también se tiene un cobro a los pedigüeños que entrar a la clínica a pedir dinero, a quienes les cobran 100 pesos y después de unos minutos de que les permiten el acceso los sacan, con el argumento que “no está permitido”.
Sin embargo mencionó que el mayor cobro se lo llevan con el acuerdo establecido con las funerarias, en donde se beneficia a dos funerarias locales, sobre todo una, a quien asignan los cuerpos de las personas que fallecen, sobre todo con aquellas personas que no cuentan con un servicio funerario.
Todo el dinero que se recoge, va directo a Esmeralda Carillo, quien estima, se llevan cerca de 3 mil pesos diarios, por esto.
“Como yo no quise colaborar me quiso mandar a la Clínica 10 de San Buenaventura, pero no quise porque con los 2 mil 500 pesos que me dan, no me alcanza, porque no nos pagan transporte, por lo que me corrió y me dijo que le hiciera como quisiera que a al final a ella no le hacen nada”.
Esmeralda Carrillo, es hermana de Tomas Carrillo, el anterior encargado de la empresa de seguridad en Monclova y que fue despedido en 2019, después de las denuncias de acoso sexual por parte de las trabajadoras, y en su lugar dejaron a su hermana, quien asegura es protegida de Jesús Onofre, coordinador regional de SIEL.