Traficó drogas para salvar a su hijo

Por: Mónica Meza

Tomó la peor decisión, agobiado por las deudas y presionado por la enfermedad de su hijo

FRONTERA, COAH.- Ver morir a su hijo en la espera de un trasplante o “vender su alma al diablo” para pagar su tratamiento, fue el dilema que hoy tiene en la cárcel a César Rojas Soria. El pasado 12 de mayo el exbombero de Monclova fue detenido en la frontera de Acuña cuando intentaba ingresar 10 kilos de droga a los Estados Unidos.

“Vendió su vida al diablo por unos pesos, si me hubiera dicho papá necesito 4 o 5 mil pesos, no sé cómo, pero lo hubiera apoyado, nunca lo dejé solo”, dijo llorando don Casimiro Rojas García, su papá.

Con la desesperación y tristeza reflejada en el rostro, lamentó que su hijo hubiera tomado la peor decisión para poder pagar el tratamiento de su hijo de nombre César Rojas que tiene 18 años de edad y sufre insuficiencia renal crónica, además perdió la vista por la diabetes que padece desde los seis años.

Decidió trabajar de “mula” para contar con los recursos que le permitieran pagar el tratamiento de su hijo. “No me explicó por qué lo hizo, no necesitábamos miles de pesos, no sé qué pasó por su cabeza, tenía deudas pero yo nunca lo dejé solo”, dijo llorando.

El viernes 12 de mayo fue la última vez que vio a su hijo César Rojas Soria, don Casimiro y su esposa fueron a ver a su nieto César que estaba internado en el hospital Amparo Pape.

Don César recordó que ese día vio a su hijo pero no lo notó triste, nervioso o algo diferente, todo parecía normal.

El sábado don Casimiro y su esposa salieron de viaje a Saltillo, el domingo regresaron a Monclova, lo primero que hizo fue marcarle a su nieto que seguía en el hospital y ahí se enteró que su padre no había ido a verlo.

“Me fui al hospital y estuve con mi nieto, le marcaba a mi hijo pero me mandaba a buzón, pensé que como había salido de tercera tal vez se había quedado dormido en su casa y como ahí no había ni quién le hiciera ruido, seguía dormido”, comentó.

La preocupación creció cuando César Rojas Soria no iba a visitar a su hijo al hospital, el lunes Don Casimiro fue a buscarlo a su casa pero no lo encontró, lo buscaron en hospitales, en la prisión, en todas partes hasta que interpusieron una denuncia al Ministerio Público.

El ex bombero sabía que podía contar con su padre y si su padre no tenía dinero lo conseguiría pidiendo préstamos en bancos o tiendas, pero siempre lo apoyaba.

Consternado don Casimiro señaló “Pero no, mi hijo no me dijo nada”, su mirada y su rosto era triste, pero también reflejaba preocupación, no ha podido hablar con su hijo preso en Del Río, Texas por los cargos de narcotráfico y delitos contra la salud.

“Mi esposa ya habló por teléfono dos minutos, nos dijo que nos encargaba a Cesarito, no sabemos qué vaya a pasar, las cosas están muy lentas, el próximo domingo iré a verlo”.

Su nieto, a quien llama “Cesarito” ahora vive con él, se encontraba sentado en la cama de una habitación que adecuaron para su comodidad, don Casimiro y su esposa quitaron varios muebles del comedor y la sala para que pueda caminar y no se lastime, esto debido a que perdió la vista y no conoce la casa.

Fue el miércoles 16 de mayo cuando “Cesarito” se enteró de que su padre estaba detenido y el motivo; se puso muy grave, pero ahora está estable, aunque muy hinchado.

Casimiro Rojas señaló que su hijo tenía una casa muy humilde en la colonia Aviación en Frontera, nunca fue fanfarrón, ni derrochaba el dinero, incluso comentó que siempre andaba con una mano atrás y la otra adelante y que no tenía ni siquiera una bicicleta para trasladarse de un lugar a otro.

“Yo le doy para delante, pero esto que pasó no tiene nombre, muchos no saben cómo vivía y tal vez lo juzguen”, señaló.

Muy seguido le pedía para pagar la luz, el recibo se le disparó sobre todo en esta temporada de calor que prendían seguido el abanico, nunca le cobró, así fueran 200 o 3 mil pesos, la cantidad que fuera.

Su nieto no ha disfrutado nada, desde pequeño está enfermo, perdió a su madre, después la vista hace tres meses, no puede comer muchas cosas y le miden hasta el agua que bebe porque le hace daño.

Comentó que su nieto necesita atención psicológica ha recibido golpes muy duros, los últimos dos fue enterarse de la muerte de su amigo Jonathan Díaz que tenía la misma enfermedad.

César tiene dos hermanas, una vive en Frontera y la mayor en Saltillo, pero ambas batallan económicamente, por lo que “Cesarito” se quedará al cuidado de su abuelo y de la esposa de su abuelo, no tienen lujos pero viven cómodamente, ambos son pensionados.

“No nos sobra el dinero, pero no nos ha faltado, sé que va a ser difícil y cansado, pero le pedimos a Dios paciencia y fuerzas”, comentó el abuelo.

Dijo que su nieto no llevaba una alimentación saludable, su padre trabajaba mucho por lo que comía lo que encontrara en la cocina, ahora su abuelastra le hace de comer pescado, pollo y otros alimentos saludables, además de medirle los líquidos que ingiere y hacerle curaciones.

“Pero César se molesta, a veces responde mal o no quiere hablar, nos vamos a atorar de repente con medicamentos o cuando esté hospitalizado pero Dios nos abrirá el camino para seguir cuidándolo”, comentó el abuelo de César.

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