Por: Agencia
En la reunión que se llevó a cabo el sábado pasado el tercer cronista de la ciudad, Juan F. Blackaller, expuso la vida de un general poco conocido y reconocido en la historia de nuestra nación. En la invitación a dicha conferencia no se reveló el nombre del General, para elevar las expectativas. Así que el día del evento los asistentes no tenían idea de quién se trataba.
Iniciada la sesión el conferencista Juan Blackaller reveló que se trataba del General Roberto Cruz Díaz, de quien no existe suficiente información, pero Blackaller realizó un excelente trabajo investigando sobre su vida y el papel importante que jugó en su tiempo.
Lo importante de este personaje es su larga trayectoria, su carácter temerario, su crueldad, porque también es otro de los factores importantes.
Lo importante de este personaje es su larga trayectoria, su carácter temerario, su crueldad, porque también es otro de los factores importantes. La guerra transforma a los hombres, a veces se acobardan pero hay otras que se convierten en fieras y descienden de la escala del ser humano para convertirse en bestias, este es el caso del General Roberto Cruz Díaz.
Es difícil que alguien recuerde por nombre al General Roberto Cruz Díaz, algunos historiadores dicen que es Yankee pero él en realidad nació en Guazapares, es un pequeño poblado de Chihuahua un 23 de marzo de 1888. Tenía 22 años cuando se enlista al ejército constitucionalista.
Miembro de una enorme familia, era uno de veintiún hermanos, su familia emigra a Sonora y radica en el valle de Yankees y ahí vive su juventud. Por la agresión tan tremenda que recibieron por años los Yankees de parte del gobierno es fácil imaginar que una vez que Madero se levanta en armas, sobraban Yankees que quisieron unirse para luchar contra el gobierno que mucho les debía.
Con esta levantada en armas de Madero que afortunadamente dura poco tiempo, el Señor Roberto Cruz Díaz, con una banda de Yankees ataca Ávalos Sonora. Esa es toda la participación que tiene Cruz en la Revolución Maderista. Pero luego siguieron algunos acontecimientos, como son la muerte de Madero, el desconocimiento de Carranza, Huerta, el Plan de Guadalupe, poco después de esto algo que casi no se conoce en la historia de nuestro país es el plan de la estación o la convención de Monclova que es el 18 de abril de 1913.
Se distingue por ser un hombre cruel, pero en lo físico es un hombre de finos rasgos, de grandes modales, muy atento, amable con las personas, tendiendo a homosexual y sin embargo él se convierte en un General.
Cuando estuvieron aquí en la Convención de Honor, vino gente importante de Sonora quienes decidieron levantarse en armas en la Revolución Constitucionalista y a quien deciden nombrar como Primer Jefe fue a Roberto Cruz Díaz. Desde ese momento es cuando empieza a participar realmente en la Revolución Mexicana, en la etapa constitucionalista.
Se distingue por ser un hombre cruel, pero en lo físico es un hombre de finos rasgos, de grandes modales, muy atento, amable con las personas, tendiendo a homosexual y sin embargo él se convierte en un General. Sus principales combates fueron en la parte de Sonora y el Occidente de México.
Llega a ser General de división a los 32 años que es una edad corta para obtener el grado máximo de la milicia.
Cuenta la anécdota que tiene una desafortunada actuación durante la rebelión huertista. En ese entonces, era costumbre que los soldados dejaran sus armas y corrieran si habían perdido la batalla, y el ganador le otorgaba la vida y la libertad, sin embargo, el general Cruz, en aquella ocasión montó en su caballo y le disparó a todos los que estaban corriendo; después confesó que en esa ocasión mató a casi 40 soldados “por correlones”
Gracias a su buen trato y finos modales hace una incursión en la diplomacia mexicana y es mandado como agregado militar a Europa. Sin embargo, cuando Obregón llegó a la Presidencia de México, lo nombró Subsecretario de Guerra y Marina, donde Díaz hizo un magnífico trabajo en sus funciones, siempre fiel a Obregón.
Nació en Guazapares, es un pequeño poblado de Chihuahua un 23 de marzo de 1888. Tenía 22 años cuando se enlista al ejército constitucionalista.
Plutarco Elías Calles entró a la presidencia con muchos problemas porque había maleantes y rateros en la capital, entonces Elías Calles nombró a Díaz jefe de la policía del Distrito Federal.
Los ciudadanos se quedaron asombrados de cómo disminuyó a gran velocidad la violencia y robos, y aplaudían su labor, sin embargo, también empezó a haber voces como la de Martín Luis Guzmán que reclamaron el salvajismo de los métodos empleados por la policía para combatir los delitos.
En ese tiempo estalló también la Guerra de los Cristeros, y Cruz Díaz estuvo en una encrucijada, porque por una parte le era fiel a su jefe y amigo Plutarco Elías Calles, pero por otro lado permitía que en su casa se efecturan misas.
Los crímenes que resultaron de la Guerra Cristera como todos son degradantes, estúpidos, porque causan un efecto diametralmente opuesto al fin que persiguen.
El escritor Martín Luis Guzmán, permite conocer más a fondo la figura del general Cruz Díaz, con la óptica de su época, y esto fue lo que escribió:
Roberto Cruz, ha debido seguir para encumbrarse al azaroso camino de las proezas personales, de la acción pura, de la acción ajena por entero al concurso de la inteligencia o de algún sentimiento cultivado por la civilización humana.
Sus semejantes, hay que buscarlos entre otros grandes revolucionarios como Rodolfo Fierro.
Roberto Cruz, era para Plutarco Elías Calles, lo que Rodolfo Fierro para Villa: dócil intérprete y rápido y eficaz ejecutor de la íntima voluntad de su jefe, su suprema voluntad. Era difícil creer que un hombre como Roberto Cruz, un mancebo de fino trazo muscular, de rostro casi imberbe, de voz afeminada y de trato amable fuera capaz de las hazañas que enlodan su nombre.
Para finalizar la conferencia Juan F. Blackaller comentó: “El general Roberto Cruz Díaz vivió demasiado para ser recordado. Dicen que aquellos que mueren en la cúspide de su fama serán recordados siempre; en cambio, Cruz murió hasta los 102 años, quizás por eso ha quedado en el olvido su nombre y su recuerdo.”