Una “Fábrica” le quitó su sueño

Por: Mónica Meza

Antonio Montañés Castillo de 61 años de edad ha pasado por muchas adversidades en los últimos tres años de su vida, pero ni eso lo detiene, a diario da lo mejor de sí pues asegura que la medida de lo que somos, es lo que hacemos con lo que tenemos.

Don Antonio es uno de los boleros que trabaja en la plaza Alonso de León, mejor conocida como “La plaza de los enchilados”, todas las mañanas se traslada ahí con dificultad en su silla de ruedas, sentado lustra botas y zapatos junto a más boleros.

Aunque no tiene una pierna, eso lo hace especial a diferencia de sus compañeros. La mayoría de los clientes que llegan a él ya son sus amigos, con los que comparte anécdotas, consejos, triunfos y fracasos.

Don Antonio es uno de los boleros que trabaja en la plaza Alonso de León.

Desde hace tiempo padece de la terrible enfermedad diabetes, pero fue hace tres años que la vida le cambió por completo cuando lamentablemente tuvieron que amputarle una de sus piernas, aunque fue difícil el proceso finalmente comprendió que estar vivo era uno de los mejores regalos que Dios le brindó, una segunda oportunidad de vida.

Cuando todo parecía derrumbarse, apareció una mujer que le ayudó María Elena Elizondo, propietaria de frutería La Hacienda, fue ella quien le dio 13 mil pesos para que pudiera comprarse una prótesis y siguiera en la lucha constante de la vida.

Hace más de un año acudió a Fábrica de Sueños con Aldo Ramón García le pagó los 13 mil pesos por la prótesis pero esta resultó defectuosa, habló con él para que la arreglara pero pasó el tiempo y no se la regresó nunca.

Nada lo detiene a diario, da lo mejor de sí.

“Me trajo vueltas y vueltas, hasta que me cansé y lo lleve a los juzgados después de 8 meses me pidió tres meses para hacérmela otra vez”.

Don Antonio cansado de los pretextos le pidió que mejor le regresara el dinero, Aldo Ramón se negó pues no contaba con el recurso y se generó un pleito entre ambas partes.

Perdió la prótesis y el dinero, ya lo dio por perdido, ahora lo único que hace es alertar a la gente para que no le pase lo que a él, fue víctima de un fraude, tiene pruebas a su favor.

Actualmente Don Antonio no puede caminar, está en silla de ruedas, perdió la pierna y su prótesis pero no pierde la fe y esa es la que día a día lo mantiene vivo, echándole ganas a todo lo que se le presente.

Después de trabajar se regresa a su vivienda en la colonia San Miguel, calle Fresnos 501 entre primavera y Nogales, allí pasa los mejores momentsos de su vida acompañado de la gente que está a su alrededor.

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