La familia Tovar Hernández, integrada por Yesica Hernández, su esposo albañil, y sus cuatro hijos de 6, 8, 11 y 12 años, vive una realidad marcada por la necesidad y los sueños truncados.
Por: Staff / La Voz
En un hogar humilde, construido con madera, láminas y hule, Santa Claus no llegó este año. La familia Tovar Hernández, integrada por Yesica Hernández, su esposo albañil, y sus cuatro hijos de 6, 8, 11 y 12 años, vive una realidad marcada por la necesidad y los sueños truncados.
Yesica, entre lágrimas, relató cómo su hijo mayor, de apenas 12 años, se ha convertido en el ayudante de su padre. Conmovido por la situación económica, el pequeño pidió como regalo de Reyes algo que pocos niños considerarían: una pala para poder apoyar a su padre en el trabajo.
Este gesto de solidaridad podría transformar los días de esta familia y demostrarles que los milagros aún existen.