Según la iglesia sus restos deben ser sepultados donde servía a Dios
Por: Mónica Meza
Los restos de Fray Juan Antonio Orozco Alvarado deben ser sepultados en el lugar en donde estaba sirviendo a Dios, posteriormente son exhumados y llevado a la Basilia de Zapopan que es en donde se guardan en criptas los restos de sacerdotes.
Así lo comentó Felipe Álvarez Martínez, Sacerdote de la iglesia San Francisco de Asís quien dijo desconocer su la familia haría una petición para poder traer los restos de Fran Juan Antonio a Monclova, aun esperaban indicación.
“Es decisión de nuestros superiores, una vez que entramos a la orden, pertenecemos a la orden en provincia, dependemos de ello, no sé si la familia va pedir que accedan, estamos esperando indicaciones”, señaló.
Trascendió que la velación empezó ayer a las 11 pm en la Basílica de Zapopan Jalisco y la celebración eucarística será hoy a las 3:30 pm en el mismo recinto.
MÁS DE LA VIDA DE FRAY JUAN ANTONIO.
Desde pequeño Fray Juan Antonio Orozco Alvarado, decidió entregar su vida al servicio de Dios, amaba lo que hacía y lo hacía con el corazón, hoy sus compañeros, amigos y familia, lamentan su muerte.
Estuvo en distintos ministerios en la Capilla San Isidro Labrador y la Parroquia San Francisco de Asís, fue el segundo de 4 hermanos.
“Tuve la dicha de conocerlo cuando yo tenía 10 años, fuimos monaguillos en la Parroquia y fue entonces que se formó un grupo de aproximadamente 15 niños más, a sus 17 años decidió ingresar al convento de los Frailes Franciscanos, la etapa de estudio para ser Sacerdote es de 10 años, año tras año, en sus vacaciones llegaba a la ciudad para visitar a su familia, a sus amigos más cercanos y a toda la comunidad parroquial”, señaló Jorge Alejandro Jiménez López quien fue su amigo por más de 18 años.
Señaló que Dios otorgó a Fray Juan Antonio, el don de la música, el don de la amistad, el don de la generosidad. Al culminar sus estudios, fue ordenado diácono y asignado a una Parroquia en Jalisco, lugar donde participó como guía espiritual de los grupos juveniles y de los coros.
Posteriormente fue el sacerdote encargado de la Vicaría de Nuestra Señora de Guadalupe para la entrega de despensas a personas de escasos recursos durante los momentos más complicados de la pandemia, también formó parte de una comisión llamada Justicia, Paz e Integridad de la Creación a nivel Nacional e Internacional, la cual consiste en crear consciencia en la sociedad para generar una fraternidad en nuestra casa común que es la tierra.
Fue asignado a la Parroquia de Santa Lucía de la Sierra en Valparaíso, Zacatecas, lugar donde apenas en el mes de marzo se le ratificó el cargo de Párroco y Guardián de la fraternidad por parte del Obispo de la Prelatura Jesús María El Nayar, ceremonia a la cual tuve la dicha de asistir para servir en la Eucaristía.
“En cada una de las comunidades donde estuvo presente se ganó el corazón de los laicos, en cada canto, en cada homilía se mostraba como el Evangelio Viviente a ejemplo de San Francisco de Asís en la actualidad, ese mismo carisma franciscano lo rodeó de grandes amigos”.
Sus amigos que siempre estarán agradecidos por tener el privilegio de haberlo conocido en vida y que hoy lloran su partida, pero seguros estamos que su amigo ya goza del Reino de Dios y que intercederá ante él para que nos dé pronta resignación a su familia, amigos, frailes y laicos de la localidad.