Por: Staff / La Voz
Tomar agua antes, durante y después de cualquier marcha pedestre es fundamental, sobre todo al recorrer largas distancias, por lo que se exhorta a quienes participarán este domingo en la 21K Coahuila, a priorizar este aspecto para prevenir hechos desafortunados que, incluso, puedan cobrar la vida.
El especialista en Medicina Familiar y subdelegado de Ciudad Acuña del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Hafid Gómez Lara-Mier, afirmó que la hidratación es uno de los temas más importantes en este tipo de circuitos, ya que repercute de manera directa no sólo en el rendimiento del atleta, sino principalmente en la salud del mismo.
Lo ideal es comenzar a beber agua y alguna bebida con electrolitos desde un día antes, continuar durante la carrera y al término de ella.
Resaltó que además se debe atender a tiempo a los indicadores que envía el cuerpo, de ahí que, en caso de presentarse sensación de fatiga, calambres y boca seca, se aconseja disminuir la marcha, caminar y/o de ser necesario, abandonar la competencia.
Ninguna carrera vale más que la salud o la propia vida; los síntomas arriba mencionados son señales de que el organismo no está bien y la persona puede sufrir alguna descompensación pese a haber llevado un adecuado entrenamiento, por lo que reitera la recomendación de ser cauto ante cualquier signo de alarma.
Añade que otro aspecto previo al arranque es el consumo de carbohidratos, pero sin llegar al exceso, descansar, procurar no pasar mucho tiempo de pie y dormir perfectamente bien.
El día de la carrera se debe evitar estrenar ropa, tenis y calcetas, así como cualquier cosa que no se haya probado durante los entrenamientos; lo mismo con los geles de glucosa, ya que de lo contrario pueden tener un efecto adverso.
Al concluir el circuito, se sugiere un baño con agua fría, si la persona lo considera conveniente también puede recurrir a los masajes y nuevamente tratar de descansar.
Abunda que correr medio maratón no es cosa fácil; se requiere de varios meses de ejercicio constante y de una adecuada preparación tanto física como mental.
Cada atleta debe tener en cuenta su propia condición física, que en muchos casos depende de la genética, y la forma de responder a los esfuerzos, así como los riesgos por lesiones o enfermedades que se padezcan, como diabetes, tensión alta, etc.
Enfatiza que, ante la aparición de un dolor o una señal de fatiga excesiva, se debe bajar el ritmo de forma gradual, caminar algunos kilómetros y posteriormente revisar si se puede continuar o, por el contrario, se debe parar.