Asilo le cambió la vida

Cuando su familia lo dejó, se vio viviendo en una vieja combi.

Por: Teresa Muñoz

MELCHOR MÚZQUIZ, COAH.- Un Asilo es su Refugio, a un año de haber sido localizado en plena nevada, durmiendo y haciendo su vida en una vieja combi sin que nadie de su familia lo acogiera, a Don Jesús Flores Velázquez, la vida hoy le sonríe pues dice “gané amigos y el cariño de gente que, a pesar de no ser mi sangre, me cuidan, se preocupan por mi salud y la comida no falta, pero sobre todo no estoy en soledad tengo compañía en el Asilo San Judas Tadeo, dice.

El pasado sábado 28 de agosto se celebró el Día de los Abuelos o Día del Abuelo, es una fecha conmemorativa dedicada a las personas mayores dentro de la familia.

En el Asilo brindan techo, cobijo, alimento, pero sobre todo amor y atención a 7 abuelitos, la mayoría, dijeron tienen familia, pero por su edad, ya no recuerdan los rostros de sus hijos, o bien de sus nietos o bisnietos, lo que una vez, fue su sagrado hogar.

Algunos tienen 95 años otros 84, algunos más 87, como es el caso de Don Jesús el cual expresa que desde muy pequeño quedó huérfano de madre; su vida no fue fácil, dice ser originario de Palaú, Coahuila y haber trabajado en las caleras de aquellos años.

Por instantes se queda pensativo mientras se come una rica sopa de coditos acompañada de un jugo de naranja que le sirve Rosa Lerma, encargada del turno de día.

Expresa, que a pesar de haber quedado solo a su corta edad, siempre se condujo por el camino del bien, “Yo era muy trabajador, hoy ya me duele el cuerpo estoy algo fregado, pero sigo adelante porque amo la vida”, destaca.

Con su playera a cuadros, que le gusta mucho, dice que se juntó con una mujer, pero al enfermar, la fémina lo abandonó y se fue con otro hombre.

“Hoy me siento muy bien anímicamente, en ocasiones en soledad, pero aquí estoy reunido de más amigos que también pasan por la misma situación, se van quedando solos, dice Don Jesús”.

“Aquí me trajeron, porque no tenía casa donde quedarme”, como si fuera ayer recuerda que caía una fuerte nevada, él, tenía mucho frío, dice, no traía ni una chamarra, y prosigue, “le pedí a Dios que alguien me ayudara y llegó Protección Civil, ellos me rescataron lo cual se los agradeceré siempre, que Diosito me los bendiga”.

“Cuando uno es adulto mayor, sufre, sufre mucho, porque nos volvemos una carga para otras personas, nos vamos quedando en el olvido, solo nos acompañan nuestros recuerdos, los más bonitos, que añoramos porque sabemos que el tiempo ya no regresará”, menciona Don Chuy.

Con su cubre bocas bien puesto, pero a través del cual se le puede observar una sonrisa con mirada triste Don Jesús, menciona que el 25 de Octubre de este año habrá de cumplir 88 años de edad.

No espera recibir la visita de sus familiares, pero, añade, aquí me acompañarán estas bonitas amistades, al igual como el pasado 28 de agosto cuando nos festejaron el Día de los Abuelos, por parte de la señora Anabel Jiménez y sus conocidos, pues nos trajeron regalos y un pastel, pero sobre todo alegraron nuestros corazones con su presencia, lo cual vale mucho más para todos nosotros, mencionó.

Así, entre recuerdos, algunos buenos otros no tanto, Don Chuy hace frente a la vida, a lo que le depara, pero ahora en compañía de quienes lo ven como parte de su familia en el Asilo de Ancianos “San Judas Tadeo”.

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