Después de 10 días de haber sido reportada como desaparecida, la "niña boxeadora" como fue identificada por última fotografía en vida, luchaba todos los días por sobrevivir
Por: Staff / La Voz
NUEVA ROSITA, COAH.- A siete meses del asesinato de Jimena Alejandra Medina Márquez que conmocionó a la región carbonífera, y cuyo proceso penal contra los presuntos responsables continúa en desarrollo, la muerte violenta de Brisa Izela de apenas 12 años de edad, una vez más cimbra a la sociedad.
Después de 10 días de haber sido reportada como desaparecida, la "niña boxeadora" como fue identificada por última fotografía en vida, luchaba todos los días por sobrevivir a problemas de desintegración familiar, por lo cual su incursión al deporte de los puños representaba su única terapia para buscar desahogar sus penas.
De acuerdo con la Doctora Lorena Sáenz Menchaca, al inicio del presente año atendió a la madre de Brisa Izela, quien confirmó que su hija fue víctima de violación el 28 de enero, y que había recibió atención psicológica por parte de la Procuraduría de los Niños Niñas y la Familia.
Posterior a este reprobable hecho, la niña de 12 años que estudiaba en la escuela primaria José María Morelos, presentaba un comportamiento de rebelde que incluía regresar a casa a altas horas de la noche y andar con malas compañías, por lo cual madre reconoció que se había salido de control al punto de que se había reportado como desaparecida en cuatro ocasiones anteriores al del falta desenlace.
Brisa Izela tenía apenas un año de vivir con su mamá, ya que vivía con una tía en Monterrey, Nuevo León, donde su entorno familiar no era sano, con padres separados y con temas de adicciones y violencia de todo tipo.
En este contexto, Brisa Izela fue incluida en la práctica del boxeo dentro del programa "Descárgate" que formaba parte de su terapia para superar sus circunstancias de vida. Desafortunadamente, la niña no logró salir del círculo negativo de su entorno y murió víctima de la maldad y violencia extrema que no merecía.