El profesor Ramiro Flores Morales advierte sobre la pérdida de un símbolo histórico.
Por: Teresa Muñoz
MELCHOR MÚZQUIZ, COAH.- El profesor Ramiro Flores Morales, reconocido historiador de la Región Carbonífera, lamentó el retiro parcial de una de las emblemáticas chimeneas de la antigua planta ASARCO, símbolo del patrimonio industrial de la ciudad de Nueva Rosita.
La estructura, que por décadas formó parte del paisaje urbano, representa una pieza clave en la memoria colectiva de la comunidad minera.
Flores Morales recordó que la primera chimenea fue construida en 1924 como parte de la planta de luz y fuerza, bajo la dirección del gerente Jonh Woodford Khiffin.
Posteriormente, en 1929, se edificaron otras tres chimeneas destinadas a desalojar los humos tóxicos generados por la planta de subproductos del carbón, entre ellos benceno, creosota, xilol y anilina, así como los hornos de coque.
Estas estructuras fueron esenciales para el desarrollo industrial de los municipios que conforman la Región Carbonífera.
Actualmente, la empresa Industrial Minera México, propietaria de la Planta Nueva Rosita que cesó operaciones en 2022, ha iniciado labores de desmantelamiento y chatarrización.
El profesor también miembro del Comité Mexicano de Conservación del Patrimonio Industrial, destacó que estas acciones están destruyendo valiosos vestigios de la historia minera, considerados herencia de generaciones pasadas.
El historiador señaló que desde la administración municipal anterior en el Municipio de San Juan de Sabinas solicitaron apoyo para preservar al menos una de las chimeneas.
Afirmó que bastaba con colocar anillos metálicos y tirantes para garantizar su estabilidad, sin riesgo de colapso. Sin embargo, la falta de respuesta ha puesto en peligro la conservación de este símbolo histórico.
"Ojalá que la ciudadanía y las autoridades tomen conciencia del valor patrimonial que representa esta chimenea y se comprometan a conservarla, tal como ocurrió con la Fundidora de Monterrey, las minas de Real del Monte y las de Zacatecas", concluyó Ramiro Flores Morales, haciendo un llamado urgente a la acción colectiva.