Desalojan a abuelitos de vivienda

Don Román Quiñones Calderón tiene 80 años de edad y lo echaron a la calle junto a su esposa.

Por: Teresa Muñoz

MELCHOR MÚZQUIZ, COAH.- Recuerdos, vivencias y alegrías les fueron arrebatadas en cuestión de minutos a un matrimonio de abuelitos que durante 43 años vivieron en un predio que les fue cedido para construir su casita, inmueble situado sobre la calle Federico Chapoy del barrio El Tanque del cual fueron despojados la mañana del pasado jueves.

 

Don Román Quiñones Calderón de más de 80 años de edad, originario de Arteaga, Coahuila, muy querido y conocido en el Pueblo Mágico de Múzquiz por los exquisitos “elotes” que prepara y vende en puntos diversos de la cabecera municipal para ganarse la vida, recordó que cuando arribó a esta ciudad en busca de mejores horizontes, comenzó a laborar en la tienda “Galindo” situada sobre la calle Presidente Juárez.

 

Ahí conoció al profesor, Sergio Terrazas de quien se ganó la confianza manifestándole el docente que si un día lo corrían de su trabajo él le cedería un predio donde podría construir Don Román una casita, logrando edificar dos cuartos de 4x7 pues no había vivienda alguna en dicho lugar.

 

Desafortunadamente el profesor murió hace ya algunos años, pero dejó dicho a sus hijos que nunca molestaran a su amigo Don Román, lo cual vino a hacer ahora la ciudadana Elsa Gudiño, quien dice ser sobrina del extinto argumentando que compró la propiedad ordenando el desalojo de los adultos mayores.

 

“Yo estoy seguro que la mujer hizo una escritura falsa porque supuestamente una hija de Sergio Terrazas le vendió la propiedad, pero la cuestión es que la tía falleció hace tiempo, quedando el inmueble intestado”.

 

Recuerda Don Román que en dicho predio el sembraba calabacitas, elotes tenía una hortaliza, ahí nacieron 2 de sus hijos y hoy tristemente se queda sin casa, sin hogar.

 

“Son mis hijos quienes ahora me están dando alojamiento, ante lo cual yo solo le pido a Elsa Gudiño que se ponga la mano en el corazón y ceda un pedacito de tierra para vivir mis últimos días al lado de mi esposa María Francisca Estrada de 76 años de edad.

 

Por si fuera poco, el abuelito mencionó que nunca se pudo pensionar puesto que la abogada que contrató para ayudarle en dichos trámites cambió papelería que perjudicó al adulto mayor.

 

Ahora, a raíz de estos hechos contrató los servicios de otra abogada de la ciudad de Sabinas, a la cual le entregó casi 200 mil pesos para trámites y poder ser propietario del terreno que habitaba sin embargo tampoco le resolvió nada, -no supo defenderme- mencionó.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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