Vendió hasta el carro para ofrecer recompensa y encontrar a su mascota; en un sueño su hija fallecida le reveló que "La Chihuahua" seguía en el panteón
Por: Teresa Muñoz
MELCHOR MÚZQUIZ, COAH.- El amor y la conexión entre Lancho Ramírez Ochoa y su mascota "Chispa" es un claro ejemplo de la profunda relación que puede existir entre humanos y animales.
Desde el momento en que Chispa se extravió en el panteón de esta ciudad, Lancho no escatimó en esfuerzos ni recursos para encontrarla, llegando incluso a vender su vehículo para ofrecer una recompensa a quien pudiera proporcionar información sobre el paradero de su querida perrita.
En entrevista a LA VOZ, Lancho, residente del barrio Santísimo Redentor, relató que el pasado domingo 3 de noviembre acudió al panteón Santa Rosa (sector 1) para visitar las tumbas de su madre Leonarda "Nena" que murió hace 4 años y de su hija Ambar que pasó a mejor vida hace ya 37 años.
"Estábamos colocando flores y ofrendas cuando Chispa, tal vez asustada por el movimiento de personas en el camposanto, desapareció, desde ese día, no la volví a ver", comentó la entrevistada con evidente tristeza.
Chispa, de 18 años, ha sido una compañera constante en la vida de Lancho, acompañándola en momentos de alegría y tristeza. "Es parte de mí, parte de mi familia", expresó con emoción.
Lancho elaboró folletos con la imagen de Chispa y los distribuyó alrededor del panteón, esperando que los visitantes y comerciantes que acudieron a vender alimentos pudieran ayudar en su búsqueda. A ellos "Agradezco su total apoyo", añadió.
Fue la mañana de este jueves, cuando Ramírez Ochoa tuvo un sueño en el que su hija fallecida le decía que acudiera al panteón, que allí encontraría a Chispa.
"Esperé a que llegara mi otra hija y me llevara, comencé a buscar por los andenes y en el exterior preguntando a los fabricantes de lápidas, pero nadie había visto a mi perrita", relató.
Un poco desanimada, Lancho regresó al panteón y encontró a un ciudadano a quien le contó su historia. "Él me dijo, haga lo que su corazón le dicte, pero no pierda la fe".
Finalmente, al decidir retirarse, Lancho escuchó ruidos y, para su sorpresa, vio a Chispa corriendo hacia ella.
"Lloramos y sentí su corazón palpitar muy rápido, alegre de encontrarnos", relató emocionada la dueña de la mascota que estuvo extraviada durante 4 días.
Lancho concluyó expresando que esta experiencia le deja una gran lección sobre el amor entre humanos y mascotas, exhortando a la sociedad a no ser indiferentes con los animales.