Los 4 boleros del Centro Histórico

Desde ex deportistas hasta militares que alguna vez custodiaron las Olimpiada de México 68 y el conflicto en Tlatelolco.

Por: Teresa Muñoz

MELCHOR MÚZQUIZ, COAH.- El oficio del bolero se niega a morir pues día a día hay personas en su mayoría hombres que buscan a los lustradores de calzado para sacarle el lustre a sus zapatos.

En el Centro Histórico del Pueblo Mágico de Múzquiz, se pueden encontrar a 4 personas que se dedican a tan noble oficio, los cuales desde temprano llegan a su lugar destinado para atender siempre con una sonrisa y alto grado de amabilidad a sus clientes.

Este es el caso de Juan Manuel Galaviz, quien tiene más de 10 años trabajando como bolero en la plaza Hidalgo, a un lado de la calle Santa Rosa.

Don Juanito expresa que de joven en el año 1966 fue militar del 19 Regimiento de Caballería, posteriormente en 1968 siendo las Olimpiadas en México, formaron una sección de compañeros enviándolos a aquella ciudad para resguardar dicho evento.

En ese tiempo se vino el conflicto de los estudiantes de Tlatelolco en el 68 donde el señor Galaviz fungiendo como militar participó también en labores de seguridad durante dicha manifestación.

“Los politécnicos nos recibían malamente, nos atacaban de una forma o de otra”, recuerda Don Juan, aseverando que afortunadamente todo fue pasando.

Luego se formó la Unidad de Fusileros Paracaidistas, era un Batallón por lo que en ese tiempo el Gobierno Federal quiso ampliar el lugar, formando la Brigada de Fusileros Paracaidistas de la cual él formó parte.

“Nosotros pensábamos regresarnos a esta Unidad Militar pues en su mayoría éramos originarios de este Municipio, sin embargo, la Secretaría de la Defensa Nacional, mandó pedir militares para integrar una clase y formar la Brigada de Paracaidistas.

En ese tiempo el Comandante al mando de nosotros de nombre Ernesto Morales Soto, Mayor del Regimiento establecido en esta ciudad, nos habló claramente diciéndonos que uno de nosotros se tenía que quedar en México en el Campo Militar No. 1, para formar la Brigada ante lo cual requería de un voluntario y pues nadie se quería quedar.

El señaló “No tengo más que hacer una rifa” tocándome a mí por lo cual él me entregó a la Unidad y lo que sí recuerdo muy bien es que me dijo, -mira Galaviz yo sé que eres de Múzquiz y tienes tu familia allá, pero te voy a pedir de favor que le eches ganas a pasar el examen y te quedes para que no dejes en mal a la Unidad a la cual perteneces”.

“Fueron 4 meses de instrucción básica, de puro ejercicio y salir del avión, usar el paracaídas de tal manera que a los cuatro meses ya estaba yo preparado para lo que se presentara durando casi 7 años en dicha labor.

SALTÓ DEL AVIÓN

Agrega que, en una ocasión en su segundo o tercer salto del avión, se impulsó demasiado y al tiempo que salió a una distancia de más de 1, 200 metros de altura contó algunos 4 o 5 segundos para abrir el paracaídas, pero se impulsó mucho a tal grado que saltó de cabeza y sus pies terminaron enredados con las líneas del paracaídas.

“Afortunadamente los instintos y con el movimiento que realicé logré normalizarme pero muchos compañeros en esos saltos caían sobre los techos de las casas, cercas de alambrado y los paracaídas los arrastraban tanto que entre 4 o 5 compañeros no los podíamos detener.

Luego, añade -pedí mi baja y me regresé a Múzquiz en 1974- comenta a LA VOZ.

“Posteriormente hice el intento de pasar a Estados Unidos con tan mala suerte que nos pescaron en Carrizo Spring, yo iba con un hermano y unos parientes, aventándonos las autoridades americanas por Ciudad Acuña, dándonos alojamiento por espacio de 2 días en un cuartel, luego nos regresamos a nuestras casas.

Continuando con la plática expresa que estando aquí ingresó un 8 de octubre de 1974 a la mina Evaristo situada en el mineral de Rancherías donde laboró cerca de 16 años.

“Ahí hice muchos conocidos, amigos, pero cerraron la fuente de trabajo y me dediqué a andar de “machetero” descargando metal, anduve también en los vaciados descargando cemento, descargando bultos de alfalfa para el ganado, hasta que me dediqué a este oficio de bolero”.

MAS DE 15 AÑOS

“Realmente no recuerdo cuando inicié a laborar en esto pero si tengo más de 15 años que me establecí aquí en este lugar, lo cual me ha dejado grandes satisfacciones” resaltó el entrevistado.

En otro de los corredores de la plaza se ubica Don Carlos Landeros, líder de los lustradores de calzado el cual menciona que entre las anécdotas que tiene para recordar destaca el que algunos de sus clientes han llegado con zapatos disparejos y de ello se percatan cuando están sentados en el carrito donde son atendidos por el ciudadano.

REYNALDO, EL CHILANGO

Reynaldo Ruiz Soto mejor conocido como “El Chilango” secretario de los boleros y quien dijo ser originario de la ciudad de México, pero radicar en esta ciudad desde el año 1999 a donde llegó de vacaciones, añadió que lo mejor para él ha sido el conocer en este Municipio a su esposa.

“La necesidad me hizo aprender este oficio pues desde que tenía 10 años comencé como bolero portando mi cajón visitando lugares como oficinas, bancos, cantinas”, etc.

“Tengo más de 35 años siendo bolero y aquí en Múzquiz 13 años, oficio a través del cual he sacado adelante a mi familia, a mis tres hijos, 2 mujeres y 1 hombre de los cuales las chicas estudian en Universidad, una de ellas ya está por recibirse.

SITUACIÓN ES DIFICIL

Finalmente Francisco Javier Martínez Robledo, expresa que tiene 27 años siendo lustrador de calzado, “cuando tenía 18 años me establecí aquí, no es un trabajo difícil la cuestión es estar aquí todos los días en horario de 08:00 horas a 7:00 de la tarde.

Manifestó que de forma diaria limpia 10 pares de calzado y cobra 35 pesos por cada boleada algo barato para el pueblo a como está ahorita la situación pues los insumos que se adquieren para realizar este oficio van en aumento.

Estas son algunas de las historias de los hombres que se dedican a dicho oficio donde el mundo les conoce como limpiabotas, lustradores o sanadores de zapatos un trabajo que rinde culto al esplendor del calzado.

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