Los muzquenses se mostraron consternados ante tan irreparable pérdida de este personaje ícono de la ciudad
Por: Teresa Muñoz
MELCHOR MÚZQUIZ, COAH.- Quien se convirtiera en un ícono del Municipio de Múzquiz, Guadalupe N por su picardía y su amabilidad al tratar a las personas a pesar de la discapacidad que presentaba, dejó de existir la tarde del pasado viernes en el Oasis del Norte.
Al trascender esta triste noticia, quienes conocieron y brindaron ayuda en vida a la mujer que recorrió con su andar las calles de esta ciudad siempre con una sonrisa reflejada en su rostro y con su frase “mi querida amiga”, recuerdan hoy con cariño a Lupita enviando a través de redes sociales condolencias a su familia.
A propios y extraños consternó la muerte de esta mujer que hoy deja en la orfandad a su hijo también con una discapacidad mental.
Lupita se ganó el cariño de muchas personas desde quienes se dedican a las labores de limpieza en el centro histórico de Múzquiz hasta comerciantes, empresarios, representantes de asociaciones civiles y conocidos restauranteros que brindaban de diario un menú diferente a la mujer que en su mente siempre traía presente a su hijo procurándole llevar el pan a la boca.
En el exterior de la mayoría de los Oxxos se encontraba Lupita saludando a la clientela, dormía en las céntricas calles del pueblo mágico donde la pescara la noche siempre con su botella de refresco entre sus manos y su bolsa de mano.
Recurría constantemente a la parroquia Santa Rosa en una de las bancas pasaba horas y horas mirando hacia el altar, solo ella sabía lo que le pedía a Dios.
Hoy Lupita la “del Pueblo” ya no está aquí y, la sociedad mostró su tristeza al no poder despedirse de la mujer de la sonrisa y abrazos sinceros pues en su sepulcro solamente estuvo su familia.
“Lupita es y era del pueblo merecía que la hubiéramos despedido como era debido, porque aquí mucha gente la apreciaba, ella se queda realmente en cada pedacito y en cada rincón donde ella solía pasar sus días”, expresó una madre de familia.
“Nos da impotencia no haber podido acompañarla, despedirla, velarla, darle el último adiós pues ayer muy temprano la sepultaron aquí en el panteón Santa Rosa.”, destacó otra mujer.
“Hoy no nos queda más que orar, pedir por su descanso y recordarla como era alegre, servicial pues era un personaje muy importante para esta población”, mencionaron.
En vida le dimos todo lo que necesitó, en vida la disfrutamos, compartimos y el festejo que ella quería su cumpleaños y ser reina de Múzquiz, se le cumplió, expresaron otras amas de casa que prefirieron quedar en el anonimato.