Después de 19 años de sufrimiento la familia del trabajador recuperó los restos mortales de la víctima mortal
Por: Teresa Muñoz
NUEVA ROSITA, COAH.- Después de 19 años de incertidumbre y dolor, los restos de Lauro Olacio Zarazúa, minero que perdió la vida en la tragedia de Pasta de Conchos, recibieron finalmente cristiana sepultura.
Los servicios funerarios se llevaron a cabo de manera reservada, marcando el cierre de un capítulo que dejó huellas profundas en la comunidad minera y en los seres queridos del trabajador.
La velación de los restos mortales tuvo lugar en la capilla Funerales Martínez durante el pasado martes y este miércoles. A pesar de la importancia del momento, la afluencia de personas que acudieron para despedirse de Zarazúa fue limitada, lo que reflejó un ambiente solemne y discreto, fiel a la naturaleza del evento.
Tras finalizar los actos en la capilla, el féretro con los restos del minero fue trasladado al panteón Santa Rosa, ubicado en la localidad de acuerdo al dicho de una viuda.
Este traslado marcó el último adiós y cerró la espera de casi dos décadas en las que el paradero de Lauro Olacio Zarazúa fue desconocido, un dolor que acompañó a familiares y amigos durante años.
El caso de Pasta de Conchos continúa siendo un recuerdo amargo en la memoria colectiva de la región. La tragedia no solo cobró numerosas vidas, sino que dejó una profunda marca de lucha y demanda de justicia entre quienes perdieron a sus seres queridos.
El funeral de Zarazúa sirve como recordatorio del impacto duradero que estos eventos tienen en las comunidades afectadas.
A medida que la comunidad reflexiona sobre este momento, se mantiene viva la necesidad de preservar la memoria de las víctimas y trabajar por la seguridad y la protección de los trabajadores mineros, buscando que tragedias como ésta nunca vuelvan a repetirse.